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A Beomgyu le estaba dando curiosidad por saber quién era Soobin, así que después de ese encuentro empezaron a encontrarse más seguido en el parque, caminar juntos, jugaban, hablaban, eran mejores amigos.
Hasta que un día, Soobin empezó a ver a Beomgyu con otros ojos, le estaba empezando a atraer Beomgyu, de hecho, lo hacía desde antes, desde el primer día que lo vió, supo que era el indicado, solo que se estaba dando cuenta tarde.
Soobin estaba sintiendo algo por él, le empezó a demostrar más cariño y al ver que Beomgyu no se quejó, o alejó, pensó que era correspondido.
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14 de Agosto, 11:02 a. m.
Un día común, cuando Beomgyu salió al parque, se asustó al ver que Soobin ya lo estaba esperando, porque de costumbre, Beomgyu siempre llegaba primero. Soobin le hizo una seña para que se siente a su lado, en la banca donde siempre se sentaban. Beomgyu entendió la seña y se sentó a su lado.
--Q-qué pasa? M-me estás asustando.
--Beomgyu, debo confesarte algo.-- Lo miró directamente. Beomgyu asintió con la cabeza haciéndole saber a Soobin que podía contarle lo que quisiese.
--Beomgyu, sabes, desde el día que nos conocimos me pareciste un chico tan lindo, tan lindo como un niño pequeño, ese día sonreí, y sentí algo raro, no sabía con exactitud que era, pero al paso del tiempo logré darme cuenta, con el tiempo, cada vez que estaba contigo, ese sentimiento extraño crecía más y más, hasta que me dí cuenta que ese sentimiento extraño tenía nombre, me dí cuenta que, que me gustas Beomgyu, y me gustas desde el primer día que te ví, Tu sonrisa, tu personalidad, todo de ti, me gustaba... me gusta. Es raro porque, nunca pensé que enamorarme, porque no solo me gustas Beomgyu, estoy enamorado de tí, de tu risa, tu forma de ser, de tu voz, ah... tu voz; es hermosa, ¿me creerías si te digo que pareces un ángel? Pareces uno, uno que guardaría en una cajita de cristal si fuera posible y protegería toda mi vida para que nada malo te ocurra. De un momento para otro te empezé a ver de otra manera, sentía que no podía guardarlo más. Dios, me siento tan extraño hablando de esto, y tú, solo tú Choi Beomgyu, provocas eso en mí, algo que nadie y nada cambiará.
Beomgyu se quedó paralizado, no sabía que decir, sus manos temblaban y se ponía cada vez más rojo, lo único que pudo decir fué:
--Y-yo...
--Tranquilo, si no quieres decir nada solo... no lo hagas
--Es- es que... t-también m-me gustas
Soobin le dejó un beso en los labios del contrario y lo miró para después recibir una llamada y tener que irse.
--Lo siento beomie, me tengo que ir.
Lo saludó con la mano y se adentró en su casa.
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