Según los relatos de la biblia, Dios creo al mundo en siete días.
El fruto prohibido era algo que Dios había prohibido a Adán y Eva. Se encuentra en las fuentes Bíblicas que Eva cayó en la tentación y mordió la manzana del árbol prohibido.
Min Yoon...
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Pienso que el amor es amor apesar de las diferencias. El amor es como un tren, tiene que llegar en una estación indicada... Subir sentimientos y llevarlos a diferentes aventuras. . . . . . Min Yoongi miraba al capitán Kim, el solamente estaba distraído viendo los papeles de información con aburrimiento. La secretaria ya no estaba, según los rumores salió del batallón. Kim se encargo de los documentos, su castigo por estar de sucio en la oficina.
-¿No los estás leyendo verdad?.- hablo Min por sorpresa, esto provocó que Kim diera un brinco. -Los leo mi coronel, pero siendo sincero no entiendo nada. -Supongo que no sirves para oficinista...- suspiro el hombre pálido. -Ven a mi oficina en cuanto acabe el horario.
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La noche anterior Neul se enteró lo que había pasado con Kim en la oficina, los rumores se exparcian cómo gota de agua. La mujer lo confronto en la habitación.
-¿Acaso de nuevo lo harás aquí Taehyung? -¿Hacer que? No te entiendo, duérmete. -Te estás acostando con la secretaria, fui tan ingenua al creer que cambiarías por lo que sucedió en Daegu. -Es mi problema, tu encárgate de la niña. -No puedo creerlo, si tanto me detestas ya no quiero nada contigo. -¿Que cosa Neul? -Lo que escuchaste Kim.
Taehyung tomo del antebrazo a Neul, ella se quejo por el acto.
-Tu eres mía, si quiero puedo tenerte cuando quiera. -No soy tu juguete... No quiero seguir en este matrimonio. -Esta bien, no seremos más un matrimonio.
Kim soltó a la mujer, ella lo miro confundida.
-Pero fuera de aquí seremos marido y mujer.
Neul se soltó a llorar y salió de la habitación, Taehyung se recostó en la cama para mirar el techo.
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Cómo le ordenó el coronel Min, Taehyung entro a su oficina, el chico camino hacia la silla del escritorio y se sentó.
-Pensé que no me ibas a obedecer. -Es mi coronel, tengo que obedecerlo. -Bien. Quiero hablar de su discusión de anoche. -¿Nos escuchó? -Claro, al fin la dejas libre. -Ella merece algo mejor. -¿Y tú qué mereces Kim?
Min se acercó a Taehyung hasta el punto de que sintieran sus mutuas respiraciones... Taehyung trago saliva y miro los ojos marrones del coronel Min.
