02. Calamity

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CALAMIDADCambió de Genero

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CALAMIDAD
Cambió de Genero.


Por una extraña razón su reloj había sonado; y pudo escuchar la alarma para apagarla a tiempo.

No recordó en que momento la puso, cómo tampoco recordaba que hizo ayer. Quitó las sabanas de su cuerpo a su propio tiempo, estirando sus brazos para tronar algunos huesos, su mirada fue por instinto al reloj para ver la hora.

05:39

Era demasiado temprano para él, fue directamente al baño mientras se quitaba la ropa cómo de costumbre, sintió una sensación horrible en su parte baja, un frío que lo rozó terriblemente. Pero no miró abajo, esperó que el agua cambiara de fría a caliente para meterse a bañar. Frotando su cabello, se miró adónde su vista alcanzaba, los cabellos largos colgaban hasta su cuello.

Su cabello había crecido demasiado que no se dio cuenta de eso. Tendrá que decirle a Surya que se lo corté nuevamente. No le tomó demasiada importancia porqué usualmente siempre era así, era parte de su genética que el cabello creciera rápido, ojalá otras partes fueran más grandes y creciera más rapido por ejemplo;

La barba. Me vendría bien una, así me vería masculino y misterioso.

Salí del baño con una toalla, colocando me la ropa nuevamente, frote por error mi pecho. Una extraña sensación de suavidad inundó su cuerpo cómo burbujas.

Miró inmediatamente, encontrando con dos bolas grandes en su pecho.

─ ¡¿Qué m¿rda es esto?!─ Exclamó asustado. Entonces sentí una sensación de cosquilleo en mi parte baja. Me toqué sobre mi ropa para aliviar esa sensación, pero no sentí mi intimidad, no había nada.


Traté de mirarme y tan pronto cómo me vi, me aparté con las mejillas rojas. Mi expresión estaba distorsionada y avergonzado por lo que había visto abajo de sus calzoncillos. Intentó relajarse, respiró hondo y, volvió a mirarse esperando que fuera un error de su imaginación que tal vez era producto de no haber dormido bien y haberse desvelado por jugar.

Pero no.

Su labios se cerraron en una fina línea recta. Con sus mejillas rojas de vergüenza se acercó al espejo de su habitación.

Entonces al ver su reflejo pudo entender cuál era el problema. Sus ojos negros que se hicieron un poco más grandes y, sus pestañas más largas y curvadas florecieron en su rostro al parpadear una y otra vez. Unos lindos labios rojos. Su cuerpo. . .

Parecía una pera. Pequeña desde la punta y voluminosa desde abajo. Su piel era blanca y en algunos lugares eran rosados.

Nada comparable a su bronceado y masculino cuerpo. Entonces luego de mirar con perplejidad su, ahora, figura; que aún no podía creer que estaba viendo mientras que la manilla del reloj se movía con los segundos.

Invertido de Genero. ©KkobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora