Otoño del 2019, hojas de muertos colores cubrían el azul del patio del sol. El viento se escurría por los árboles, siendo de música para la danza de las hojas en el aire. Te esperaba sin saber quién eras, no te imaginaba, pero sentía tu ser rosar mi piel cada que tu voz suspiraba. No te amaba, pero, sin embargo, cuando me miraste, juro que tocaste lo más profundo de mi alma. Me hablaste y arreaste mi corazón, desatando una erupción de sentimientos encontrados en mi pecho y de echo no te culpo, me antemano me disculpo si te mareo, te asusto o me confundo con esto que siento desde que te conocí.
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Tu es le remé de ma vie.
PuisiNo te encontré, me encontraste. Desde entonces, no te suelto.