Sparrow girl 𝒇𝒕. Five Hargreeves ✓

12. veinte dólares al pequeño.

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AL LLEGAR, LAS DOS familias se acomodaron en la sala de estar.

Cinco por supuesto, no quiso alejarse de la pelirroja, sentándose justo a su lado en uno de los sillones de espaldas a la chimenea.

Grace llegó minutos después, ofreciendo distintos platos con amabilidad.

—Encantada —agradeció Lila, tomando varias galletas del plato que llevaba la mujer en las manos.

Alessandra observó la confusión de Diego al ver que no traía uno de sus ojos, pero no quiso decirle que eso fue obra de Ben y Fei, quienes acababan de llegar.

—Bienvenidos. Siéntanse como en su casa —habló su hermana con su característico tono formal, acompañada de uno de sus cuervos.

—Perra, es nuestra casa —dijo Allison, rodando los ojos.

A la menor le molestó sobremanera su actitud, pero prefirió dejarlo pasar.

—¿Disculpa? —preguntó Ben, fingiendo que no la había escuchado.

—¿Una gomita? —interrumpió Luther, queriendo evitar conflictos.

—¿Dónde están Viktor y Klaus? —cuestionó Diego.

—Quizá ya se los tragó el Kugelblitz —comentó Cinco como si no le interesara.

—Qué oscuro eres a veces, no entiendo como te soportan —la chica supo que eso iba para ella.

—No se comporta así conmigo —se encogió de hombros.

—¿Qué te pasó en la mano? —habló Fei con curiosidad, pero una palmada del asiático los silenció a todos.

—No hay tiempo para charlar, tomen asiento.

Los que faltaban por hacerlo se acomodaron en sus lugares.

—Olvidaste decir "por favor" —dijo Luther.

—No —respondió Ben, cortante.

—Bueno, esto es lindo, ¿no? —el grandote estaba nervioso—. Estar todos juntos. Una familia feliz.

Sloane lo miraba con una sonrisa.

—¿Estoy sudando? —le preguntó de repente, acercándose a ella.

—No, estás bien —lo tranquilizó.

—Sé que hay mucho rencor entre nosotros —el asiático tomó el control—. No importa, ya pasó, ¿no?

Diego levantó su mano vendada.

—Pregunta. Si te mato, ¿regresaría nuestro Ben? Hipotéticamente.

Fei rió.

—Sigue hablando y perderás más sangre —Ben comenzaba a enfadarse.

—Bien, si los gemelos testosterona terminaron —interrumpió Cinco—, me gustaría idear un plan.