Único Capitulo.

320 31 4
                                    

La fiesta había acabado. O eso parecía.

Casi como una reunión de abuelitos, se abstuvieron de llegar hasta el amanecer y prefirieron acabar la fiesta relativamente temprano. Alrededor de las 2 de la mañana todo estaba vacío y hecho un desastre. Mick suspiró, mañana tendría que acomodar todo con Bianca, si es que no se enojaba por todo el desastre y le dejaba todo el trabajo al castaño.

– Buenas noches, cariño mío — dijo Bianca, besando con lentitud los prominentes labios de su prometido — necesito irme a dormir, si me necesitas estaré arriba... tú sabes lo que digo.

Mick no sabía lo que decía. Pero se reservó el preguntar y asintió sin rodeos.

Ahora, unas horas después de eso, la música ya no sonaba, sólo estaba él y una botella de whisky con muy poco contenido, sentado en el suelo, distrayendo su mente, sólo pensando cualquier cosa sin mucha relevancia.

De las sombras de la enorme sala surgió una silueta que Mick no esperaba ver. Era David, con su traje todo desabotonado y notablemente embobado por el alcohol. No estaba totalmente ido, eso no quiere decir que estuviera totalmente allí. Se acercó rápidamente y se sentó al lado de Mick.

— Mmh. Es cansado estar tanto rato manteniéndote despierto b-bajo un... un... ¿Qué era eso? no me importa. ¡Feliz cumpleaños, Micky!, Oh, no sabes cuánto te aprecio, mi buen amigo — David agarró la cabeza de Mick y la volteó hacia sí, besando con profundidad su mejilla — nada se siente como tus labios pero eres un hombre casado, no es conveniente que nos besemos.

Se quedaron un par de segundos en silencio y luego estallaron en coloridas carcajadas — ¡Ah, David! ¡Pareces comediante!.

— Ya, en serio... estoy borracho, pero estoy lo suficientemente consciente como para poder decirte que tengo ganas de darte tu regalo. Llévame a algún cuarto de arriba y resolvamos esto ¿Te parece?.

Mick sonrió pícaro — Será mejor que no hagas ruido porque arriba está mi querida esposa, seguramente dormida.

— Mmh, la amas ¿Verdad?.

— A morir.

David sonrió. — Se nota que lo haces, Mick... — se atrevió a quitarse los zapatos y jalar a Mick para pararse y empezar a encaminarse a las escaleras — como se te iluminan los ojos cuando hablas de ella... — empezaron a subir, un escalón, dos escalones, iban lento, a su ritmo, sin perderse de vista en ningún momento — cuanta alegría nos transmitiste cuando nos anunciaste que te ibas a casar... — poco a poco, el volumen de la voz de Bowie iba descendiendo, haciéndose un poco más ronca, pasaron a la habitación de invitados y cerraron la puerta con mucho cuidado, esto era parte de sus rutinas, por alguna razón a Mick le excitaba cómo de cierta forma David empezaba a manipularlo con sus cambios tan bruscos de voz dulce a vozarrón sexy — oh, mi querido Mick, si tu esposa se enterara que te acuestas con tu mejor amigo.

David acercó a Mick hasta una esquina y lo atrapó, dejándolo sin posibilidad de poder escapar, aunque Michael tampoco es que quisiera huir.

Acariciando su rostro y besándolo en repetidas ocasiones, fue desprendiendo poco a poco cada una de sus vestiduras.

Mick se sentía muy bien, ya ni siquiera sentía el alcohol dentro de él, sólo sabía que David lo estaba satisfaciendo, lo hacía bastante bien, y eso que sólo estaban empezando.

Finalmente habían quedado sólo con sus pantalones, con los cinturones desprendidos y acariciando sus entrepiernas ya despiertas en búsqueda de más contacto. David subió la mirada y al encontrarse con la de Mick no pudo aguantar más y lo besó con intensidad en los labios. Cosa que los llevó a fundirse en un beso acaramelado, amoroso, ansioso, largo, volcánico, sublime y sensual.

Happy Birthday, Mick! • Davick Donde viven las historias. Descúbrelo ahora