Capítulo 11

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El infierno donde el sufrimiento y el placer existen al mismo tiempo. No sabía que el sexo me destrozaría de esta manera, no lo sabía porque nunca he tenido una relación con otra persona. ¿Otras personas tienen relaciones sexuales que conducen al límite mientras gritan, y su interior se estremece de tal manera que es una sensación indescriptible?

Mientras él tocaba mis genitales, yo solamente gemía sin parar. Sentí como si todo se destrozaba y mi mente se perdía en un abismo. Hubiera escapado si supiera con antelación que iba a ser atrapado por este loco hombre, no pensé que iba a quedar atrapado a su cuerpo de la forma en que sucedió. Su deseo sexual era muy grande y sé que no me dejará hasta que se satisfaga, pero me pregunto si en algún momento eso sucederá. Estaba claro que no me dejaría ir hasta que todo fuera aliviado, hasta que todo su cuerpo dejara de hervir. El sacó rápidamente su enorme pene y lo volvió a meter mí, llegando hasta lo más profundo.

-Oh, Ah, ¡Ah! -Sentí como mis intestinos y mi estómago estaban siendo empujados por su enorme miembro, que golpeaba y llegaba bastante profundo.

Mis caderas, muslos y espalda temblaban violentamente. Cuando perdí mi fuerza, mis nalgas cayeron por si misma; mientras él me elevaba, pude ver como aún su pene seguía erecto.

-¡Ah! -En ese instante vi una luz blanca que me recordó a los días de invierno.

-Estás tan apretado, ¿esto te debe gustar demasiado?

Esto parecía un rin de boxeo en el cual ambos estábamos empapados de sudor. De mi pene salió un líquido blanco y viscoso, mientras que él con mucho cuidado me dio vuelta. La sensación de tener un líquido viscoso esparcido por todas partes fue espeluznante. Estábamos cara a cara, él estaba empapado en sudor, sacudió su cabeza y luego la enterró en la sábana.

-Para, no, no más, por favor.

-Por favor, ¿qué? -Él frotó mis caderas con sus suaves manos y me preguntó en un tono sutil.

Mi trasero no dejaba de estremecerse al sentir su calor. Detrás de mí se encontraba él sonriendo tan amablemente, mientras mi trasero no dejaba de contraerse. Escuché como emitió una leve risa. Mientras me decía-Hace un momento estaba pidiendo que parara pero ahora tu trasero me desea tan impacientemente. -No podía negarlo, estaba atrapado entre su enorme cuerpo que se frotaba con entusiasmo en mí, mientras tanto me volví a excitar y mi pene se volvió a levanta. Era una sensación extraña, pensé que iba a odiarla, pero en realidad me entusiasmaba sentirla. De mí solamente salió un leve suspiro.

Sus manos seguían frotando mis caderas, ellas me generaban un leve cosquilleó en la cintura.

-No tengas miedo, deja que te toque en los lugares que más te gustan.

¿Cómo se atreve a decirme eso?, ¿por qué debería ceder ante sus comentarios?, él no deja en paz mi parte trasera, ni siquiera me dio la oportunidad de parar cuando se lo rogué y ahora quiere complacerme, cuando sostuvo sin parar mi cadera y me movió violentamente hacia él.

La entrada de mi agujero seguía bien dilatada, mientras la punta de su pene me rozaba. Su glande estaba caliente, entraba y salía de una manera tan lenta que me hacía desearlo más.

-Es lindo ver que tu trasero se caliente y se ponga de un lindo color rojo brillante, es como si me rogara por que ponga mi pene,¿quieres que te llene?

Imaginaba el estado en que se encontraba mi parte trasera, toda roja y expuesta; esto hacía que gimiera más y más. Mi cara estaba tan sonrojada. Quería que todo acabara, estaba tan avergonzado.

-...Por favor, dime algo

-Ugh- De mi boca salió un sonido de súplica, mis ojos estaban llorosos, de mi boca salía un aliento tan acalorado.

Hunting Night (Noche de caza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora