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Taehyung jadea.

Y Yoongi siente perder el aire una vez más.

-¡Y demonios! Yo dije "Bien, quizá no es tan imbécil como antes, si a Jimin le gusta mucho, tal vez no es tan malo" -Taehyung limpia su la frente con una mano, su pecho subiendo y bajando, volviendo a abofetear al peli negro- Pero tu, jodidamente tenías que demostrar una vez más que eres basura, ¡Ni siquiera fuiste honesto desde un inicio! ¿Querías jugar con él? Repentinamente ¡Estaba muy enamorado incluso si le advertí! ¡Debiste rechazarlo desde que comenzó a seguirte por todas partes! ¿Por qué esperaste a que se enganchara más? ¡Te hacía pan, Min! ¿Por qué eres tan-

-¡Yoongi hyung!

Taehyung se detiene al escuchar la voz nueva, en alerta por si es Hoseok, pero Taehyung ni siquiera logra voltear correctamente para ver quien es, porque, casi al instante, una patada aterriza en sus costillas, haciéndolo caer del regazo de Yoongi hacia el pasto en un abrir y cerrar de ojos.

-¡Hyung! -Grita la misma persona otra vez, sonando alterado.

Taehyung solo se limita a cerrar los ojos con fuerza y concentrarse en el punzante dolor en sus costillas que comienza a calentarse mientras se retuerce con las manos en la zona, justo al lado de un Min Yoongi adolorido, intentando enderezarse.

Taehyung abre los ojos por segundo, intentando divisar a quien lo golpeó, pero los fuertes rayos del sol lo ciegan, solo alcanzando a ver una cabellera colorida y escuchar la suave voz de un chico sollozar el nombre de Yoongi.

Sollozos que se detuvieron repentinamente de un momento a otro, quedándose en silencio por unos segundos antes de levantar la cabeza hacia Taehyung.

-¡Tú, infeliz!

Oh Dios.

-Jungkook, n-no-

Pero antes de que Yoongi pueda decir algo más, el más joven se aproxima a Taehyung y Taehyung cree alucinar, porque sus ojos solo enfocan a un chico con rostro de bebé antes de que un golpe le caiga en la cara.

Todo se vuelve un caos.

Y quizá Taehyung se arrepiente un poquito de sus decisiones

Mientras tanto, lejos de todo aquel alboroto, Jimin suspira por décima vez en el día.

Luego de una larga y deprimente mañana, una falsa promesa personal y palabras de aliento, Jimin aún no puede creer que su estado de ánimo afecte tanto a su cuerpo. Es como si cargara diez ladrillos en la espalda y bolsas de arena en las muñecas y tobillos, lo que hace que absolutamente todo parezca demasiado ajetreado y se sienta más lento que nunca.

Jimin jadea y tira de las sabanas de su cama, viendo estas inflarse en el aire y caer desordenadamente en el colchón.

Bufa.

Tarda unos diez minutos intentando hacer que se vea decente, pero ¿Desde cuando le importa realmente? Ni siquiera ha almorzado, aunque no tiene apetito todavía, solo suspira inflando sus mejillas y vuelve a tirarse en su cama.

Cierra los ojos intentando descansar un poco más, algo dentro de el le dice que debería ir abajo para ayudar a su padre y entretener a su hermana, pero no siente que sea tan fácil sabiendo que su cuerpo se siente más pesado que nunca, así que solo se queda en su cama.

Sin embargo la mínima paz en su habitación se acaba cuando escucha la voz de su madre llamándolo.

Madre.

Jimin se para al instante y la puerta se abre casi al instante.

-Mamá, ¿qué haces aquí?

-¿Estas echándome de mi propia casa? -La señora Park eleva una ceja, acercándose para tomar asiento al lado de su hijo.

WOOL SOCKS | YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora