Meɑn y Plɑn son enemigos, pero en unɑ noche de borrɑcherɑ ɑmbos tienen sexo. Plɑn quedɑ embɑrɑzɑdo y ɑhorɑ tendrάn que lidiɑr con eso y con su odio.
💙MeɑnPlɑn.
💚Contenido Homosexuɑl.
💙M-preg.
💚Se pide respeto, si el contenido no es de tu ɑgrɑd...
"Muy bien". Habló el doctor quitándose los guantes. "Eso sería todo por hoy. Te daré algunas indicaciones para que puedas pasar tu embarazo de la mejor manera".
Plan se levantó de la camilla con ayuda del castaño. Caminaron hacia el escritorio del doctor. Ambos chicos se sentaron frente del escritorio.
"Primero que nada". Habló el doctor. "Tienes que llevar una dieta equilibrada y moderada. No comer por dos, sino bien".
Este punto no le gusto nada a Plan, él vivía de la comida chatarra y de las cosas dulces.
"No me preocupo por eso". Explicó el doctor. "Sé que el señor Phiravich, aquí presente hará que lo cumpla, de eso no hay duda".
"No se preocupe doctor". Asintió el castaño.
"También hacer ejercicio de manera moderada". Plan frunció el ceño. "Como dar caminatas, practicar yoga, natación, eso ayudará al bebé como a ustedes".
Ese punto tampoco le gusto para nada al pelinegro, sólo esperaba que el castaño no lo obligara.
"Y por último, reducir el consumo de té, café y refrescos y beber mucha agua. Eso sería todo".
"Muchas gracias, seguiremos todo al pie de la letra". Agradeció Mean.
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"Ese doctor está loco". Comentó Plan. Luego de salir del consultorio del doctor entraron a un restaurante.
"No seas molesto". Protestó Mean terminando su pasta.
Lo que más le gustaba de estas semanas de embarazo, era el hecho de que las náuseas y los vómitos, al igual que los mareos habían desaparecido por completo, pero por las noches tenía calambres y ardores después de comer.
El pelinegro rodó los ojos acariciando su vientre. Había estado creciendo más. El doctor les había dicho que era probable que en este mes pudieran sentir los movimientos del bebé y Plan no podía esperar para que llegara ese momento.
"Ven aquí, Plan". Llamó a Plan, este no rechiste y se sentó a lado del castaño, quien puso las palmas de sus manos en el vientre del pelinegro. Mean tenía una adoración con el vientre de Plan, ya que no podía apartar sus manos de ahí y amaba como Plan ronroneaba con las caricias y como a veces se quedaba dormido ante su tacto.
"Está loco si cree que voy a hacer todo lo que dijo, ¿Verdad?". Dijo revoloteando sus pestañas.
"Claro que lo vas a hacer". Tomó a Plan de las mejillas e hizo que sus rostros se acerquen. "Mis dos bebés tienen que alimentarse bien".
"Llámame bebé una vez más y no me verás nunca más en tu vida, Phiravich". Amenazó Plan. El de ojos grises sonrió aún más.
"Amorcito". Dijo burlón. Plan abrió la boca para protestar, pero Mean hizo algo que jamás pensó que haría.
Presionó sus labios con los de Plan. El pelinegro aguantó la respiración y abrió los ojos como platos con el corazón saliéndose del pecho y un sentimiento de calidez se instaló en su pecho.
Mean se alejó para luego volverlo a besar. Plan se sentía desfallecer, porque Mean lo besaba tan dulce. El beso era pausado, pero para ese entonces Plan correspondía los besos tomándolo de los hombros.
"Mis bebés". Susurró Mean en medio de pequeños besos.
Plan se alejó sonrojado mirando los labios de Mean que se encontraban hinchados y las mejillas con un ligero color rojo.
"¿Por qué me besaste?". Preguntó avergonzado. Ese beso hizo un remolino de emociones en su interior. Aún sentía como sus labios se presionaron.
"Y-yo". Balbuceó nervioso rascándose la nuca sin mirar al pelinegro, deseando que alguien los interrumpiera. "Porque quería, no aguantaba tenerte cerca y no poder besarte".
"Mean". El nombrado no lo dejó terminar porque lo tomó de las mejillas volviendo a besarlo.
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