Capítulo 1

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Dylan se despertó de forma pausada. Sus párpados se desplegaron con calma cuando la luz del sol se coló por la ventana. Dirigió la cabeza hacia su derecha y encontró a Tyson, dormido en silencio. Dylan esbozó una sonrisa de complicidad y le acarició con dulzura la mejilla color cuero. Para Dylan el chico era muy apuesto.

A Dylan le daba la sensación de que había sido presa de Cupido, por lo que se preguntaba por qué había tenido tanta fortuna a la hora de dar con alguien como él. En efecto, Tyson era todo lo que Dylan podía desear en un hombre y mucho más. 

La primera vez que se vio con Tyson fue en un bar, rodeado de amigos, tomándose unas cuantas cervezas y disfrutando del billar. Dylan no pudo dejar de fijarse en él. Era alto y musculoso, con el pelo oscuro y unos ojos verdes en los que parecía resplandecer un brillo especial. Dylan experimentó un repentino sentimiento de atracción cuando sus miradas se entrecruzaron y el joven no pudo resistirse a la tentación de dedicarle una breve sonrisa.A partir de ese momento, Dylan supo que quería salir con Tyson.

Aunque, naturalmente, no fue tan fácil. Era difícil ganarse a Tyson. Era un hombre de carácter retraído y que no parecía estar abierto a ninguna de las mujeres que se le presentaban. Dylan tuvo que hacer un gran hincapié en captar su atención, pero acabó consiguiéndolo.Una noche, al salir de un concierto, Dylan abordó a Tyson y lo invitó a tomar una copa. Tyson estuvo de acuerdo y Dylan sintió que su corazón daba un salto de emoción. A partir de ese momento, los dos empezaron a salir juntos y Dylan tuvo constancia de que había conseguido crear algo muy singular.

Ahora, mientras Dylan observaba a Tyson dormir, no podía evitar llenarse de sentimientos de afecto. Era impresionante lo agradable que era estar en su compañía. Se preguntaba si Tyson sabía lo mucho que representaba en su vida.Dylan tomó la iniciativa de despertarlo. Se acercó a él y lo besó con gentileza en los labios. Tyson se despertó y Dylan le dedicó una pequeña sonrisa. Se preguntaba si Tyson sabría lo mucho que le quería.

—¿Sabes lo mucho que te amo? —le preguntó.

Tyson respondió con una amplia sonrisa y lo rodeó en un gran abrazo.

—Sí, lo sé. —respondió—. Y yo también te amo. Pero, soy géminis.

Dylan rio.

—No me importa —dijo—. Te quiero igual.

La pareja de hombres permaneció en brazos del uno y del otro durante un trecho, deleitándose mutuamente con su presencia. Dylan lo consideró oportuno y se propuso hacer el amor con Tyson. Deseaba sentirlo en su interior, incorporarse a su cuerpo de la más íntima manera imaginable.

Dylan se despegó de Tyson y lo miró a los ojos.

—¿Quieres hacer el amor conmigo? —le preguntó Tyson.

Dylan sonrió y asintió.

Tyson lo besó y luego se levantó. Se quitó la ropa y luego ayudó a Dylan a quitársela. Se acercó a él y lo besó de nuevo, mientras sus manos empezaban a explorar su cuerpo. Dylan suspiró cuando Tyson lo acarició y luego lo besó suavemente en el cuello.

Tyson se dejó caer en la cama de nuevo. Se acercó a él y lo besó de nuevo, mientras sus manos empezaban a explorar su cuerpo. Tyson suspiró cuando Dylan lo acarició y luego lo besó suavemente en el abdomen.

Dylan se separó de él un momento y luego volvió a besarlo, esta vez en los labios. Tyson respondió a su beso y entonces Dylan se puso en posición y Tyson lo penetró. Gimió cuando lo sintió dentro de él y Tyson gimió también. Tyson empezó a moverse, cada vez más rápido y más fuerte, y Dylan se aferró al pelo del chico de ojos verdes, mientras lo llevaba al borde del orgasmo.

Finalmente, Tyson sintió que iba a explotar y entonces se dejó ir, llenando a Dylan con su calor. Dylan gritó de placer y Tyson lo abrazó, mientras ambos se dejaban llevar por el éxtasis. Dylan nunca se había sentido tan vivo como en ese momento y supo que quería estar con Tyson para siempre.

Saliva, sudor y semen se mezclaban mientras los dos hombres se abrazaban y se besaban, y Dylan supo que había encontrado a su alma gemela. Pero Tyson paró. No quería que Dylan se involucrara más de lo necesario. No quería que Dylan se enamorara de él.

Dylan no podía evitarlo. Ya estaba enamorado de Tyson, quien se iba a ir por la puerta de caoba del apartamento tipo loft.

—No te vayas —le suplicó Dylan con los ojos vidriosos—. Por favor, quédate conmigo.

Tyson lo miró a los ojos y Dylan supo que había visto la verdad en su mirada.

—No, no puedo —respondió Tyson—. Lo siento, Dylan.

Dylan lo vio marcharse y supo que había perdido a alguien especial. lloró en silencio, sabiendo que nunca volvería a verlo.

LIMERENCIA (MLM)Where stories live. Discover now