- Hola Almudena – me dice ella muy dulce como siempre.
- Hola... - me limito a decirle mientras marco el número de Unai.
- Oye Almudena ya que estamos en este viaje me gustaría hablarte de una cosa – me dice ella, enfocando su espejo en mí.
Yo la ignoro porque finjo que Unai ya me contestó, a los dos segundos de fingir Unai me contesta.
-Mira en un rato llego tranquilo – le digo muy preocupada.
- no tienes por qué venir Almudena – me dice el asombrado.
- oye es tu cumpleaños y si me llamaste es porque te importo y no te voy a dejar solo, me entiendes – le digo muy directa.
- de acuerdo aquí te espero – me dice el rindiéndose.
Cuelga y yo guardo el celular, observo los carros pasar y noto que Sara está concentrada en manejar, siendo sincera me sorprende que este trabajando de Uber... pensaba que no necesitaba trabajar... la novia de mi hermano es más que una princesa de cuento de hadas pienso en mi cabeza.
- Almudena supe sobre que escribiste una historia inspirándote sobre mí y mi hermana recientemente fallecida – me dice ella muy seria y con una mirada de pocos amigos – mira sé que no somos cercanas y que posiblemente no te caiga bien pero eso no te da el derecho de contar mis intimidades y apropiártelas como si fuera tu mente prodigiosa – me dice ella muy seria como si se tratara de algo ilegal – sé que quieres ser famosa yo también sueño que la plataforma un día me favorezca y me vuelva tendencia pero no voy y agarro tu historia a costa de mi fama – me dice ella en tono de reclamo.
Me empiezo a reír nunca en mi vida ha sido una prioridad destacar en algo como la escritura admiro quien se atreve, pero yo lo hice únicamente para no quedarme sola en la junta directiva, fue por una apuesta y ya... pero como se lo explico a la novia de mi hermano quien es una escritora algo frustrada por ella conocí Wattpad, pero sin duda ella se toma en serio el oficio de la escritura a pesar de estudiar ingeniería junto a mi hermano.
- Sara... no es nada personal y no tenía la mínima intención de ganar fama o algo parecido puedes quedar tranquila, solo fue por una situación social – le digo para no herir sus sentimientos puristas.
- ¿Qué situación? – me dice ella mientras rebasa a un par de carros.
- Soy la presidente de mi salón y necesitaba un vicepresidente así que la condición era leerles una historia que te deje llorando – tomo una pausa para que lo asimile y no choquemos – Lo hice y ya tengo vicepresidente, pero tranquila puedo borrarlo ahora y ya – le digo mientras entro a Wattpad, noto como tiene un montón de lecturas asombrándome, diciéndome que debería publicar más historias, pero lo ignoro y elimino la historia cuando lo hago, llegamos al San Juan.
- Bueno aquí es... - me dice ella – gracias por borrarlo – me dice ella muy franca.
- De acuerdo, solo no le digas a nadie de este encuentro puedes – le digo sonriente.
Ella lo piensa y asiente con la cabeza.
Al entrar al hospital puedo notar como hay de pacientes y que estuve el día anterior, llego a la área de espera que son un montón de sillones viejos llenos de agujeros y algunos con el relleno de esponja expuestos.
Busco con la mirada a Unai quien está sentado en una esquina, con varias bolsas y la cartera de su madre, una mochila y un abrigo, me acerco rápidamente y lo veo, el me abraza es la primera vez que me abraza, a pesar de que podemos ser amigos nunca hemos tenido contacto físico ni nada así, pero este abrazo a diferencia de otros es uno en busca de consuelo.
Nos sentamos y él me cuenta que su madre tuvo una sobredosis por tomar muchos antidepresivos, desde que su padre se fue a trabajar a Estados Unidos las cosas no han sido simples para su madre entonces para lidiar la soledad tomaba antidepresivos, Unai se culpa por no estar cerca de ella más tiempo.
- De nuevo no es tu culpa – le digo después de que lloro como una magdalena por su madre.
- Pero es que – me dice mientras solloza.
- Sabes nunca te había visto llorar y puedo decirte que no te ves bien – le digo muy sincera.
El asiente y me ve con esa mirada de pocos amigos, si las miradas mataran pienso...
En eso llama un médico, el mismo que atendido a Romeo ayer sorprendiéndose de que allí estuviera, me hago la que no lo conozco para no levantar sospechas, entramos al cuarto donde se encuentra la mamá de Unai, el medico nos explica lo de la sobre dosis, que posiblemente despierte en semanas o meses y en el peor de los casos en años.
Veo a Unai quien está destrozado, mi corazón se contrae ante la situación, decido acercarme a ella tomo su mano, tengo fe que a lo mejor puedo ayudarla, no sé muy bien que puedo hacer para ayudarla, pero, pongo mi mano en su frente cierro los ojos y respiro profundamente, leí una vez cuando era pequeña... un libro de una organización donde curaban con tan solo poner su mano en una parte del cuerpo.
Yo decido tratar de poner en práctica un poco de esos conocimientos y es allí cuando el medico me interrumpe y me pide que no toque a la paciente, pero justo cuando despego mi mano diciendo.
- Que así sea – una vez dicho esto separo mi mano.
Cuando salgo de la habitación, Unai entra a ver a su madre queda sorprendido y me ve, no sé porque me abraza fuertemente.
- Mi mama ha despertado - Me dice el con mucha alegría.
Yo volteo a ver a la madre de Unai y allí ella despertando, el medico esta asombrado, con la boquiabierta.
- ¿Señorita puedo hablar con usted? – me dice el medico una vez afuera del cuarto.
Asiento con la cabeza con un poco de perspicacia, pero me quedo a la espera.
- ¿usted pertenece a los masones? – me dice el directamente.
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Pídeselo a Almudena
Teen FictionLidiar con la secundaria siendo la delegada de su grado era mucho para ella pero fue cuando busco relajarse y en vez de eso se metió en un embrollo mas grande que ella junto su peor enemigo. Todo por una apuesta, una tonta apuesta según ella. Quie...