No les pasa que en los libros donde el chico se muestra agresivo lo hace ver más sexi o quizás más guapo e incite a la protagonista hacer cosas indecentes, pero... este no es el caso, parece más de terror y aunque suene machista creo que el acoso, la agresión en general es negativo.
Cuando Romeo me tomo de los brazos lo vi desafiante y con una patada de esas que parece de anime le doy en el estómago.
- No me toques – le digo seria – encima que te ayude... eres tan mal agradecido – le digo mientras lo veo en el suelo.
Romeo se levanta y trata de contenerse, respira profundamente.
- Está bien... perdón – me dice el avergonzado – es que... - me dice tratando de incorporarse de nuevo de pie.
- Sabes, cuando quieras algo hazlo bien – le digo seria – si querías hablar conmigo, pudiste llamarme o hablarme directamente – le digo seria – no me toques de no ser necesario entiendes... voy a llegar tarde – le digo mientras trato de irme.
Él toma mi brazo para detenerme, pero yo me zafo y me acerco a verlo con mis brazos cruzados.
- ¿Ahora qué? – le digo molesta.
- Es que quería saber si quisieras ir con Frausto... - me dice el algo apenado.
- Eres sorprendente hace un minuto querías hacerme que cosa y ahora te portas todo inocente – le digo molesta – sabes que... deberías ir con un psicólogo tienes quizás trastorno de personalidad o bipolar – le digo preocupada. – sabes algo te voy hacer una recomendación... mantente alejado por un tiempo de mi si queremos evitar que te maten mi hermano y mi padre... - le digo seria.
El queda estupefacto, yo me limito a irme sin ver atrás, veo a Unai y entramos al Uber para ir a la clínica de Frausto, mis nervios me están matando, sudo como cerdo en asador, a la vez tengo un poco de escalofríos toda esa seguridad que tengo normalmente se esfuma por arte de la ansiedad, no magia, sino que ansiedad.
Son las 5 de la tarde, el paisaje es digno de fotografías que serán posteadas en las redes posteriormente de su toma y un filtro de seguro... pero bueno no puedo permitirme disfrutar de algo como ello cuando se trata de posibles poderes o algo parecido.
Nos encontramos enfrente de un edificio lleno de clínicas, entramos y buscamos en el directorio de la clínica de Frausto, le digo a Unai que es un traumatólogo, pero al parecer hay demasiados y siento que nunca voy a terminar.
- Quizás puedo ayudarlos – nos dice una voz que reconozco al instante, si hicieran una competencia de acosadores creo que el debate estaría entre él y Raquel Mendoza.
Nos asusta a ambos ver a Romeo, Unai se asombra, me mira pidiendo una explicación siento que esto va ser más difícil de lo que ya era.
- Unai él es Romeo – le digo presentándolo – Romeo él es Unai.
- Espérate – me dice Unai – él no es con que estabas ayer... cuando te llame – me dice el directo.
- Este... - le digo algo nerviosa – si – sonrió con inocencia.
- Tu eres el fastidiosos vicepresidente por el cual esta chica estaba penando – dice burlándose de Unai quien es un poco más bajo que Romeo.
Esto podría estar mejor... nótese mi sarcasmo.
- ¿como? – me dice Unai asombrado.
- Este... yo digo que busquemos a Frausto – les digo para romper el momento incomodo.
- Lo que pensé – dice Romeo un poco molesto que lo disimula con arrogancia – te gusta este vato – dice el muy grosero refiriéndose a Unai.
- ¡Me dijiste vato! – dice Unai ofendido.
- Es que eso eres – dice Romeo luego le saca la lengua.
Soy la única que nota lo infantiles que se están portando, en eso veo que Unai le da un puñetazo a Romeo en la cara lo noquea prácticamente, veo como la gente nos observa, apacho el botón del ascensor.
- ¿Es en serio? – alego a Unai, mientras se abre el ascensor.
- Es que me dijo vato – me dice el ofendido.
- Pero si media clase te trata así es mas todo el mundo al menos en la clase se tratan así – le digo desconcertada.
- Bueno... pero él no es mi amigo – me dice molesto.
Veo que Romeo se levanta después de unos segundos y claramente se queja, pero, Unai y yo ya vamos adentro del ascensor y Romeo se mete de último momento esto será un caos.
Romeo presiona el piso 14.
- Es en el 14-20 su clínica – me dice Romeo con amabilidad.
- Seguro... - duda Unai de Romeo.
- Si vato – dice Romeo a Unai.
- A ver chicos tranquilicémonos por favor vamos a ir con alguien que nos dará respuestas, pero va estar difícil de ser que vea su comportamiento infantil – alego.
- Cierto... bueno igual no se si es verdad que Almudena haga algo especial a lo mejor lo soñó – dice burlándose Unai de mí.
Ven lo que les digo Unai por momentos parece ser un amigo, pero a veces sus comentarios son hirientes y friegan cualquier indicio de amistad con él en eso Romeo reacciona pacíficamente para mí.
- Mira vato... - dice Romeo mientras lo agarra del cuello – vos aquí sos el que sueña... porque esa chica que está ahí viéndonos – dice el muy enojado – me salvo la vida gracias a sus milagros... yo debería estar muerto, pero ella me sano, tiene capacidades que tu mente tan diminuta es incapaz de ver... vato – dice Romeo totalmente agresivo y lo suelta dejándolo en el suelo.
Unai queda en el suelo, una de las cosas que agradezco de la pandemia es que hay que estar en distancia sobre todo si alguien toca algo de metal así que no ayude a Unai a levantarse que mira cómo se levanta, le sonrío a Romeo en agradecimiento.
¿Cómo es posible que confíes en alguien como él?– me preguntan ambos mientras se señalan mutuamente esperando mi respuesta
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Pídeselo a Almudena
Roman pour AdolescentsLidiar con la secundaria siendo la delegada de su grado era mucho para ella pero fue cuando busco relajarse y en vez de eso se metió en un embrollo mas grande que ella junto su peor enemigo. Todo por una apuesta, una tonta apuesta según ella. Quie...