Las manos de masculinas de él me tocaban con posesión y pasión. Mi sensible cuerpo reaccionaba de forma instantánea como si fuera más suyo que mío.
Jadeé sin rastro de vergüenza y mis manos buscan aferrarse a aquel escritorio de madera donde me follaba aquel hombre tan poderoso y varonil.
Rotó sus caderas y aceleró sus embistes.
—Aaaah, sí —gemí. Arqueé la espalda y mis pechos quedaron a la altura de sus labios. Llevó uno de ellos a su boca y succionó con fuerza. Pasó su lengua por mi pezón y una corriente placentera recorrió mi cuerpo—. Más rápido... Más rápido.
Deseé correrme con intensidad. El profesor Cross salió de mi sexo y me penetró con rudeza. Sus ojos grises me observaban con lujuria mientras siguió bombeando adelante y atrás.
—Esas medias me están volviendo loco desde que le he visto entrar en mi salón de clase, Zane —gruñó y llevó su pulgar a mi coño. Frotó con en círculos mi hinchado clítoris y un largo suspiro salió de mi boca y dejé que él haga conmigo lo que quiera—. Joder.
Ver como un hombre como el profesor Duncan Cross pierde los estribos hace que mi cerebro sufra un corto circuito.
Un pequeño tirón va ascendiendo desde mis dedos de los pies hasta mi abdomen haciendo que gima sin control. La mano libre del profesor tapó mi boca para callar mis jadeos mientras siguió follandome.
Los dedos de mis manos me duelen de tanto apretar la dura madera. Unos fuertes golpes en la puerta nos sobresaltó y él maldijo por lo bajo.
—No me deje así, profesor —supliqué gimoteando. Abre más mis piernas y ajustó su ángulo a uno donde me hizo ver las estrellas—. Voy a correrme...
Me embistió una, dos, tres y cuatro veces más antes de entregarme al más devastador clímax que me atravesó. Mi cuerpo se convulsionó con los espasmos del orgasmo.
El profesor Cross siguió bombeando hasta que veo como sus dientes de aprietan.
—Carajo —dice entre dientes y se viene dentro de mí cuerpo. Su esperma caliente me hizo gemir y sus labios tocan mi frente —. Muy bien hecho, señorita Zane. Hay que vestirnos antes de la clase.
Sonreí satisfecha.
—Sí, profesor.
Y salió de mi cuerpo y me da un pañuelo que saca de sus pantalones para limpiarme los fluidos de mi entrepierna. Le observé colocarse con perfección su ropa e hice lo mismo con la mía.
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CASTÍGAME ||ATADOS #1||
Romance«Cumpliré cada uno de tus sueños húmedos, pequeña» Aine Zane tiene la vida perfecta para muchos: una estudiante ejemplar, el novio popular y quarterback de los Halcones rojos y una familia y amigos que la aman, pero una noche de diversión lo cambiar...