No sé qué hago aquí, debería estar estudiando para el examen de mañana. Es verdad que la Señorita Moon dijo que solo contará el treinta por ciento de la evaluación final, pero aun así no es razón para relajarse. Intento recordar las fórmulas mientras estoy aquí sentada, sola, con mi vaso de soda, es que... ¡Agh! Este lugar es tan ruidoso. La música está demasiado alta y estas luces neón apenas me dejan ver lo que hay dos metros más allá. Ni siquiera puedo identificar al diez por ciento de estas personas. ¿Cómo pueden estar tan tranquilos cuando ellos sí que reprobarán el curso de la Señorita Weaver? Sé que será así porque ella es tan estricta, y definitivamente conozco a ese pequeño grupo de la esquina que está cursando su materia. El chico alto y fornido nunca habla, pero tiene una cara que da miedo, y esto es gracioso, porque todos dicen que está saliendo con el pequeño rubio que parece un bailarín —y creo que lo es. Aunque, algo me dice que la otra chica que siempre va con ellos tiene algo que ver con ambos. Tal vez están saliendo los tres, ja, ja, ja. Tal vez.
Los rumores son siempre así. Lo mismo dicen de esa otra chica enorme del club de lucha libre ―creo que se hace llamar Scorpia― y la latina pequeña del pelo exuberante. Pero, es que esta chica es tan... extraña... de una buena manera, quero decir. Nunca había visto a alguien con su tipo de ojos. ¿Azul y ámbar? ¿A qué dios se le ocurrió hacerle ese favor? Y además tiene esas diminutas pecas en las mejillas, y esa cintura tan estrecha que la hace parecer frágil a pesar de que no lo es. De hecho, la vi darle una tunda a la bravucona de Octavia el otro día. Luego me miró con sus... con esos ojos de gato que tiene. Parecían echar fuego y supe, que ella supo, que yo la acusaría con el director Hordak ―después de todo, fui la única testigo y mi reputación de ser «Adora, la princesa nerd», a quien todos los profesores aman, debió significar algo. Y bueno, tal vez debí acusarla. Sin embargo, no lo hice. Sé que Octavia se lo merecía.
Todavía me pregunto cómo esta mujer tan bajita consiguió apalear a esa bola de músculos. Ella luce tan linda y sus manos son taaan... me pregunto si ella misma arregla sus uñas o si va a algún salón de belleza. ¡Oh, no! ¿Estoy pensando en sus manos? «¿En serio, Adora? ¡¿Otra vez?!».
―¡Adora, despierta!
―¡Ah! ¡Glimmer! ¿Cómo va todo?
―Mis pies me están matando. Deja que me siente.
―Claro.
Tengo que quitar mi bolso de su silla. Ella solo me pidió guardar su lugar mientras salía a bailar con Bow. ¡Y vaya! Apenas puedo creerlo yo misma. Después de todo un año, seis meses y tres días, Bow finalmente le pidió salir. Glimmer estaba con el cerebro congelado cuando me lo dijo y me pidió acompañarla hoy para darle un poco de valor. Por supuesto, como la buena amiga que soy, acepté... Oh, bueno, no acepté a la primera. Ella me rogó un poco porque sabía lo del examen y porque sabe cómo soy. Pero como la Señorita Moon es su mamá, Glimmer actúa como si tuviera algún tipo de inmunidad a pesar de que yo misma he escuchado, por casualidad, cuando la profesora la reprende por hacer eso.
Como sea, sé que esto no es por mí y que solo estoy aquí como apoyo moral. Tengo que darle su espacio con Bow y hacerme a un lado si las cosas se vuelven más... convenientes para ellos. Está bien, no me molesta, ella y Bow son mis mejores amigos desde que entramos a la universidad y casi tenemos el mismo sentido del humor. Creo que él y Glimmer harán una buena pareja. Es solo que yo... no sé... me siento un poco...
―Perdón por dejarte sola ―Glimmer se está disculpando, clásico de ella cuando siente que me pide demasiado, y no es tan frecuente―. Es que Bow y yo... ¡Ay! ¡No sé ni cómo decirlo!
―No tienes que decir nada. Los he estado viendo desde aquí. ―Estoy tranquila, incluso si ella parece un hámster ansioso sobre su rueda para correr―. Parece que hay química, ¿eh?
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Solo un sueño de verano
RomancePor fin nos despedimos de las clases y los exámenes. Las vacaciones de verano nos esperan. Pero esto no siempre suena bien si no podrás ver a la chica que te gusta. Así que tal vez sea un buen momento para tomar coraje y decir «Hola» por primera vez...