VIII

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Estoy enamorado de un delincuente y este tipo de amor no es racional, es físico (...)

Hyunjin observaba la ventada de su "Habitación" con detención, notando que no había mucho cerca. Era campo, rodeado de arboles y al fondo, otra casa pequeña de color granate, era bastante bonita. Había mucho espacio entre una y otra, aunque gritara todo el día era imposible que alguien lo escuchara y por ahora, no sentía ganas de salir huyendo de aquel lugar.

Había pensado todo el día en Changbin.

No lograba verlo como alguien malo

Changbin era perfecto.

Solamente era alguien que estaba haciendo su trabajo y aunque su vida dependiera de él, sabía que simplemente estaba cumpliendo órdenes. Él era una buena persona, con un pasado caótico y ya.

La noche comienza a llegar y con el ello, el frio invade su cuerpo por completo, llevaba muchos días con la misma ropa manchada de sangre y sudor, sucia e inclusive rota en ciertos lugares.

Frota sus manos para entrar en calor mientras puede, y enciende la luz de aquella celda, al menos tenía aquella libertad. Suspira profundamente, tomando asiento frente a ala pequeña librería que tenía, escogiendo un libro nuevo para leer y era algo difícil, había muchos que no le gustaban.... Como esas historias de literatura clásica, eran un asco.

Ayer y hoy el otro chico había sido el encargado de llevarle la comida y no entendía la razón, quería vera Changbin. En la tarde, le había preguntado acerca de la cantidad de días que llevaba allí y le había dicho que mas de una semana, sentía que habían sido mucho días más. Por supuesto no era como que le molestara estar para ver al mayor, pero extrañaba a sus amigos y ahora no estaba seguro de que su familia lo estuviera buscando.

"Mamá, por favor, no llores, estaré bien"

Por otro lado, Changbin estaba dispuesto a matarlo. No dudaba, estaba totalmente sujeto a la decisión de Park. Mañana se iban a cumplir once días y ya era hora de eliminarlo, no podía permitir que el muchacho se saliera con la suya, el ya no era un crio y no estaba para sus estúpidos juegos.

– Eh! Tu ¿estás seguro de tú decisión? – Bangchan lo interrogaba una vez más, no le dejaba tranquilo, todo el día le había hecho la misma maldita puta pregunta y estaba harto de ello

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– Eh! Tu ¿estás seguro de tú decisión? – Bangchan lo interrogaba una vez más, no le dejaba tranquilo, todo el día le había hecho la misma maldita puta pregunta y estaba harto de ello.

–¡Ya te lo he dicho! Que sí. – Tensa la mandíbula mirando fijamente, a escasos centímetros de levantarse y darle un golpe. – Deja de preguntarme, ¿Va?

– No puedes matarlo, Changbin.

–¿De qué vas ahora? ¿Jesucristo o Dios? – El mayor ríe ante el comentario del contrario y se da vuelta antes de caminar hacia las afueras del gran edificio en el que se encontraban.

– Estoy hablando en serio. – Bangchan se acerca a su amigo para adelantarse a él, que dando justo enfrente. – Por primera vez alguien tiene algo de consideración en ti, por tus sentimientos y lo vas a desechar.

Changbin se sorprende, ¿el tenía que ver algo en todo?

– ¿Qué me estas contando? Me importa una mierda lo que me digas, no te escuchare, yo quiero mi dinero y ya. Me da igual que el niño ese me quiera, aunque sinceramente creo que debe ser algo mas sexual que otra cosa, no estoy para ese tipo de tonterías y mucho menos, Bangchan, cuando hay tanto en juego. ¿No has visto como la puta policía está todo el día aquí? Quieren sacarnos información a toda costa y tu hablando de gilipolleces. – Estaba serio, cerca del contrario para que pudiera oírlo ala perfección sin levantar mucho la voz ya que estaba seguro de que alguien podía escuchar.

– Escuchame atentamente, Seo– El otro agarra su camiseta entre sus manos y lo atrae, estaba molesto. – Antes de hacer lo que sea, míralo a los ojos y dile, lo mismo que me acabas de decir.

– Vete al infierno, Bang

Allí es donde pertenecemos, hermano.

Rehén [Changjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora