El juego de Ryusei

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No se cuantas piedras pateé de la ira de camino a casa, le odiaba, le odiaba con toda mi alma. ¿Por qué el tenía que ser la mano derecha de Baji? ¿Qué tenía él que no tuviese yo? Quizá la clave era hacerme un tatuaje en el cuello para demostrarle lo rudo que soy.

- ¡Oye, Matsuno! – escuché detrás de mi.

No me giré, no quise girarme porque sabía perfectamente de quien era esa voz y era la última persona con la que quería tratar. Escuché unos pasos corriendo tras de mi y cuando noté su mano sobre mi hombro tuve que juntar toda la fuerza de voluntad para no girarme y darle un puñetazo. La estúpida cara de Ryusei, con esa estúpida sonrisa, la persona que se interponía entre Baji y yo.

- ¿Qué quieres? – grité más fuerte de la cuenta.

- Oye, relax. Vamos en la misma dirección y he pensado que podríamos andar juntos un rato. ¿No te parece?

- No. – dije volviendo a caminar notando como iba solo unos pasos tras de mí. - ¿No me has oído?

- No estoy yendo contigo, ya te lo he dicho, vamos en la misma dirección

Fruncí el ceño. ¿En mi misma dirección? Oh, ya entiendo, Ryusei iba a ver a Baji, a hacer las cosas de capitán y vicecapitán. Esas cosas que yo también quería hacer, aunque no supiese muy bien de que se trataban si quiera.

- ¿Te has metido en otra pelea? – preguntó elevando ligeramente la ceja.

- Que te importa.

- No me importa lo que te pase, - dijo con total indiferencia. – pero ahora estas en la Toman, Keisuke podría molestarse si vas por ahí dándole un mal nombre a nuestra división.

- No he mencionado a la Toman en ningún momento y ni siquiera tengo uniforme aún.

- Osea que si te has metido en una pelea. – su risa me puso de los nervios. – Vaya, así que Keisuke tenía razón contigo, si eres una bala perdida.

- ¡No soy una bala perdida! – exploté. – No me conoces de nada para hacer suposiciones de ese tipo.

- No la he hecho yo, la ha hecho Keisuke. ¡Ah, claro! Es que el tampoco te conoce, ¿verdad?

Me giré con rabia cogiéndole de las manos, o al menos intentándolo, porque en el momento en el que me giré hacía el Ryusei Sato me esquivó con una facilidad increíble y con esa sonrisa que me ponía de los nervios.

- ¿Qué quieres causar una pelea para que me echen de la Toman? – dije frunciendo el ceño.

- Nah, eso sería demasiado aburrido, – respondió con una parsimonia que me puso de los nervios. – solo peleo con gente que creo que tiene posibilidades de ganarme. Además ¿Qué sentido tendría haberte metido yo en la Toman para querer que te echasen? Me pareces interesante, Matsuno, un idiota interesante.

- Te odio.

- Gracias.

Sin perder esa sonrisa se puso a caminar a mi lado, estaba suficiente enfadado como para no dirigirle la palabra pero me sentía bastante humillado como para no atreverme a decirle que no quería ir con él.

- ¿Vas a casa de Keisuke? – preguntó por fin.

- No, vivo en el mismo edificio que Baji.

- Ah, es verdad, me lo dijo.

- ¿Hay algo que no te haya dicho? – farfullé. – Parece que sois muy amiguitos

Un pequeño juego [Ryusei Sato x Chifuyu Matsuno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora