S

312 37 3
                                    

Ambos se habían quedado dormidos; Jimin abrazaba con mucho cuidado a Yoongi, inconscientemente claro.

Por suerte para ambos era fin de semana y podrían estar relajados y despertar a la hora que quisieran.

—Jimin, el desayuno está listo, ven a desayunar con tu hermanita. —llamó Aeri tocando la puerta.

Pero el rubio no reaccionó ya que estaba muy cansado para querer levantarse.

—Jiminie… —murmuró Yoongi acariciando sus mejillas.

El nombrado ni reaccionó aquello, al parecer tenía el sueño pesado.

Yoongi se levantó a duras penas y caminó hasta la puerta observando una última vez a Jimin, quien abrazaba una almohada.

—Lo siento. —susurró cerrando la puerta. 




🌈




Jimin comenzó a dar vueltas en la cama, no encontraba una posición cómoda; se sentía frío, grande y vacía. Se sentó con los ojos cerrados por el sueño y miró a todos lados, tanteando la cama esperando sentir un cuerpo, pero nada.

Escanea la habitación: la luz de la puerta del baño estaba apagada y las cosas de Yoongi no estaban en el suelo.

Revisó la hora un poco alterado.

—¡He dormido tanto! —exclamó dejando el celular a un lado para levantarse y vestirse rápidamente.

Salió de la habitación a pasos veloces y bajó las escaleras chocando con su hermana, quien se asustó por el ruido que hacía su hermano.

—Jimin, el desayuno se enfrió —Aeri hizo un puchero, pero el contrario no le prestó demasiada atención—. Por cierto, ¿por qué Yoongi estaba en casa?

Jimin entonces dejó el picaporte para observar a su hermana sorprendido. —¿A qué hora se fue él? —preguntó acercándose ella, olvidando que tenía los zapatos puestos.

—En la mañana. ¿Por qué? —contestó con el ceño fruncido.

Jimin se dio la vuelta caminando a paso rápido.

—¡Oye, ven aquí!

Pero Jimin se fue sin mirar atrás.

—¿Por qué nunca hace caso? —Aeri bufó negando con la cabeza para seguidamente irse a su habitación. 




🌈




Jimin salió corriendo para ir a la supuesta casa de Yoongi, o al menos el lugar que creía más cercano a ese hogar. Pero no había pistas de dónde podría encontrarse, así que tuvo que marcarle a Namjoon que con suerte su novio Seokjin estaba ahí.

Preguntó la dirección del lugar y rápidamente lo pudo localizar; claro, era un barrio muy peligroso.

No entendía del todo por qué Yoongi viviría en ese sitio, pensar en el lugar solo le daba escalofríos.

Intentó ignorar a las personas que le ofrecían drogas y dinero fácil, se sentía tan fuera de sí pero quería ver si Yoongi se encontraba bien. 

Finalmente dio con la casa, se encontraba descuidada y muy pequeña, pero eso no fue lo que le afectó más... La puerta estaba abierta.

—¡Yoongi! —gritó entrando a paso rápido, revisando habitación por habitación, pero, no había nadie en ese lugar.

—Hey chico, si buscas al dueño del lugar déjame decirte que se acaba de ir. —dijo una señora de edad avanzada que se asomó por la puerta observando todo.

—¿Q-qué? ¿Y a dónde fue?

La señora puso la mano enfrente. Jimin suspiró entregando el poco de dinero que portaba.

—Solo sé que un automóvil se lo llevó, al parecer un hombre con dinero. —se encogió de hombros para seguidamente irse de ahí. 

Jimin sentía una presión en su pecho, su estómago se sentía apretado y tenía un nudo en la garganta.

—No es verdad… —murmuró para sí mismo apoyando su cuerpo contra la pared.

Lágrimas caían por sus mejillas, recordando lo que había dicho Jungkook y Yoongi el día de ayer.

Todo parecía una mentira. Una mala broma. 

—Si vienes a robar mercancía será mejor que te vayas. —dijo un señor robusto que apareció frente a Jimin. 

No se había dado cuenta que ya era de noche.

—Por favor, dígame que el dueño de esta casa volverá. —suplicó el chico de cabellos rubios acercándose al señor, quien retrocedió confundido.

—¿Quién? ¿Min Yoongi? Ese ya no vive más aquí. Ya sabes, trabaja para la compañía Lee.

—¿Lee...?

—Sí, Lee Sungwon.

Y el señor se fue dejando aturdido a Jimin.




🌈




—No puedo creer lo que dices —dijo Seokjin observando a Jimin, quien temblaba mientras intentaba beber chocolate caliente—. ¿Sabes que esa compañía dirige todos los bancos de Corea?

Jimin asintió limpiando aún sus lágrimas.

—Además... Es una compañía muy prestigiosa, ¿por qué el dueño querría a Yoongi cuando puede tener a cualquiera?

—Hey —se quejó el rubio, y luego murmuró—: El padre de Yoongi le debe al banco, es lo más razonable. 

—Yoongi me lo hubiera dicho. —respondió Seokjin cruzándose de brazos.

—Él no hubiera querido que lo supiéramos.

Los dos chicos se giraron para ver a Hoseok, que venía junto a Taehyung.

—¿Por qué? —Seokjin preguntó.

—Si a ti te vendieran a un tipo, ¿querrías que los demás lo supieran?

Seokjin solo guardó silencio.

—Exacto. —concluyó Hoseok.

Jimin suspiró. —No quiero que Yoongi viva de esa manera. —musitó dirigiéndose hacia la salida.

—¿Qué harás? —Taehyung lo detuvo sorprendido para evitar que su amigo hiciera una tontería— Estás loco si piensas ir así como así a reclamar.

—Tengo un plan mejor.









PROBANDO SER GAY. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora