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De camino al trabajo, su mente comenzaba a dar mil vueltas pensando en las malas decisiones que había tomado minutos atrás

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De camino al trabajo, su mente comenzaba a dar mil vueltas pensando en las malas decisiones que había tomado minutos atrás. Por ejemplo, el convencerse a si mismo de no llevar un paraguas consigo, viendo el clima que claramente pronosticaba una tormenta. Los pensamientos que tuvo antes de salir de su casa, se reproducían constantemente en su cabeza como una especie de burla: llegaré rápido, iré caminando antes de que llueva.

También divagaba entre el arrepentimiento y enojo, al no abrigarse como era debido, siendo la fría ventisca que movía con brusquedad la copa de los arboles y que hacían sus hojas caer, el motivo tardío para darse cuenta de que hacía bastante frío como para salir de casa solo con su uniforme puesto. También pensaba en lo patético que había sido el no querer tomar un taxi para llegar mas rápido al trabajo, siendo que su auto aun se encontraba en reparación.

Las gotas de una tormentosa lluvia no se hicieron esperar, quería reírse de lo estúpido que se veía caminando todo empapado de bajo de ésta, mientras las personas que viajaban dentro de sus autos, parecían verlo como si estuviera loco.

Y no, no estaba loco, solo tenía una mala noche.

¿Por qué parecía que el camino a la estación de policías era infinito, cuándo verdaderamente solo estaba a unas calles de su departamento?

Era algo lógico y raro el pensar que se sentía como un perrito callejero. Estaba sólo, en la calle, mojado, con frío y también tenía algo de hambre, puesto que no había querido cenar para ahorrar más tiempo y llegar temprano a trabajar.

Sin dudas había sido un idiota esa noche.

Y así fue como luego de una caminata para nada agradable de bajo de lo que parecía ser un diluvio, llegó a la comisaría.

Quería entrar, obvio que si, pero las condiciones en las que se encontraba no se lo permitían. Sabía que si ponía un pie dentro, todos, en especial Jimin, comenzarían a burlarse de él; Su orgullo no quería someterse a tal humillación, por lo que estaba tratando de convencerse a si mismo, de que lo mejor era dar la vuelta, ahora si tomar un taxi, y volver a su departamento.

Pero no podía hacer tal cosa, tenía que cumplir con un trabajo.

Aunque no le guarara estar allí, debía hacerlo. Para los dos agentes del FBI no era muy agradable trabajar con la policía local de un país extranjero, era algo nuevo. Aunque él había nacido en corea, su vida estaba en los Estados Unidos. Los Ángeles, para ser mas precisos.

No le gustaba en lo absoluto haber vuelto, lo mismo ocurría con su rubio amigo. Pero su jefe les había pedido un favor al ser ellos de los pocos en hablar coreano.

Si bien el país podía hacerse cargo de sus propios problemas; al verse las ciudadades estadounidenses también involucradas, llegaron a un acuerdo para estar al tanto de todo.

Tres de sus agentes del FBI, viajarían a Corea, y ayudarían a la policía para resolver los problemas que estaban causando tantos disturbios, incluso en países extranjeros.

Agente Jeon -KookV-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora