Secretos que nunca te dije

1. ENAMORARSE

Simplemente necesité tiempo para enamorarme. Te miraba aun en los momentos que se me hacía complicado entender por qué lo hacía.
Lo curioso de todo es que al principio no te podía ni ver. Eras el típico chico guay que se dedicaba a beber y reír, sin mirar más allá de si mismo...
Ahora eso ha cambiado.
Me hechizaste. Con una mirada me hiciste temblar.
Aún recuerdo el día de la presentación, me acerqué a ti, y con algo de vergüenza, nos dimos dos besos... En ese momento pensé que olías bien.
Y ahora... solo quiero pedirte que desaparezcas. Que no me rompas.
Que intentes mirar por mi... y te alejes.
El único problema es que no eres tú el que se acerca a mi, sino a la inversa. Tampoco eres tú el que me observa con una sonrisa y los ojos brillantes, ni el que intenta llamar mi atención.
Porque si eso ocurriera, seguro que no te estaría pidiendo esto.
Mira que soy tonta... al final me he enamorado de un chico que ni me mira, ni me mirará . Entiendo que no elegimos de quien nos enamoramos.
Por lo que yo no te elegí a ti.

Duele verte por la calle abrazándola, dandole besos. Porque no tienes ni idea de lo que daría yo por tener algo de ti. Por significar algo para ti.
Cuando te veo bailar pegado a las chicas de mi edad que tanto daño me hicieron... eso duele. Porque sufro al pensar que la persona a la que amo le pueda llegar a gustar alguien tan hipócrita como son esas chicas.
Y no quiero decir que tu amiga con derechos sea mala, o tus ligues tengan veneno por dentro en lugar de sangre. Me gustaría decirlo y poderlo afirmar, porque me hicieron daño en su momento. Pero no puedo. No ahora. No después de tantos años.
Si tú decidieras estar con esas chicas tan inmaduras... Pues adelante. Hazlo. Pero me habrás decepcionado, porque cuando te enamoras se tiende a pensar que la persona de la que estás enamorada es perfecta... Es tu alma gemela, a pesar de que no es así. Esa persona se guía por las apariencias, actuaciones, recuerdos o palabras, como todas.
No es un dios, ni nada por el estilo.
Pero es él.
Es el chico que espero ver cada vez que salgo de casa.
Es el chico que me hace reír con una simple palabra. Que me hace temblar con una mirada.
Que si me dijera que soy la chica más guapa del planeta me lo creería, porque sí, la vida es así. Y aun recuerdo perfectamente el día en el que me dijiste que era guapa... eso me ayudó mucho, no te puedes hacer una idea de cuánto.
Tú eres mi primer amor.
Aquel que siempre recuerdas con cariño y anhelo. Con el que te replanteas tantas cosas y sueñas infinitos para dibujar con las manos enlazadas.
Es el amor que más fuerte llega, supongo. Es aquel que nunca eres capaz de olvidar... porque, al fin y al cabo, es el primero con el que has sentido mucho más que simplemente alegría. Porque has sentido amor.