UN ROBOT PERDIDO ISEKAI

sigue la historia

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Grandes guerreros y guardianes llenos de compasión y bondad sin temor ni miedo a nada, hechos para proteger a la vida y a la gente, sin importar el costo que llegaran a tener en sus cuerpos... esas eran las historias que le contaba su madre a muy corta edad, ella siempre soñaba con conocer a uno de estos grandiosos y valerosos guerreros y ahora mismo podría cumplir ese sueño.

aunque ella no sabia una parte de la historia sobre estos grandes guardianes, era que hace mucho tiempo estos dejaron de existir por la codicia y ambición de las peores personas conocidas, que no dudaron en usar a estos como armas para conseguir lo que querían, claro estaba que los que quedaron fuera de este control corrupto se negaron y lucharon contra sus hermanos bajo control lo que causo una guerra, mucha gente murió y miles de golems puros quedaron destruidos o inhabilitados, y para empeorar las cosas, los demonios que vieron la oportunidad de erradicar, a los golems que eran un gran problema por la naturaleza inmune a su magia demoniaca. Aldeas fueron arrasadas sin piedad incontables vidas fueron brutalmente arrebatadas. sin sus guardianes eran vulnerables y débiles sin oportunidad de sobrevivir ante estas amenazas, y los que iniciaron esta guerra por motivos egoístas solo observaron, sin importarles cuantas vidas se perdían, y por motivos injustos salieron impunes de cualquier represalia de esta guerra, al final de esta pocos fueron los que sobrevivieron a la ahora conocida caída de los guardines, los golems fueron los que mas sufrieron incontables perdidas de sus filas llevándolos a la casi desaparición, la falta de números y apoyo provoco esto los poco que quedaron fueron usados por el ahora corrupto reino que los usaba para trabajos casi imposibles y cuando ya no eran útiles los destruían o solo los vendían.

sin darse cuenta todo este abuso termino por acabar con ellos, y solo dejaron de existir, actualmente solo se pueden encontrar fragmentos de lo que alguna vez fueron sus cuerpos, cuando esto paso al reino no parecía importarle, para ellos solo fueron juguetes que dejaron de funcionar y se rompieron desechándolos como si nada para solo olvidar su existencia, después de todo siempre podían contar con otros.

esa era la historia de los golems puros en este mundo.

la niña actualmente estaría sentada delante de el guerrero robótico viéndolo directamente a su visor durante el momento que toco al golem, a intentado hacer de todo para intentar que reaccione pero asta el momento nada había funcionado, había intentado hablar con el pero no hubo ninguna reacción, intento moverlo pero por el inmenso tamaño y peso de este no podía, había esperado durante un momento para ver si se movía por si solo, quizás solo estaba durmiendo...

cuando una idea cruzo la cabeza de la pequeña niña su madre le había dicho que los golems solían meditar mucho y que eso los ayudaba a controlar su poder y sentimientos, quizás este golem estaría haciendo eso entonces solo necesitaría esperar a que este terminara, pero el problema ahora seria que se estaba haciendo demasiado tarde y no quería llegar tarde pero también quería estar cuando el golem se despertara y con una mirada derrotada tomaría una decisión.

"señor golem, tengo que irme juro que volveré así que por favor espéreme y no se vaya"- la niña hablo

y esperando que el inactivo guerrero robótico la haya escuchado se daría la vuelta y se alejaría sin antes darse una vuelta para ver una última vez en el día al templario mecanizado que aun no mostraba señales de moverse.

Al día siguiente.

En el mismo prado, y en el mismo lugar se encontraría el mismo guerrero robótico al parecer sin haberse movido ni un milímetro desde su estadía hay, y como la pequeña que había estado con el cumpliendo su promesa regresaría estando un poco agitada por haber corrido para llegar lo mas rápido, o bueno lo que sus pequeñas piernas podían permitirle