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Tanjirou corría lejos para distraer aquel demonio que le había aparecido porque Kanzaburo le dio una nueva misión, iba con Nezuko para que ella también le ayudara. Tenía que dejar de protegerla, pero no podía hacerlo ya que era la única persona que le quedaba. Paró de correr y se giro, no encontraba al demonio ¿Dónde se había metido? ¿Estaba detrás suya?, no, imposible, estaba abajo en el suelo.

Salto rápidamente atrapando a Nezuko y así alejarla. Pero, de repente apareció otros dos iguales. Uno movía sus dientes haciendo un ruido desagradable y olían muy raro junto a un olor humano, de una chica. Era la chica que había desaparecido la noche anterior, no la que habían rescatado.
Estos demonios no eran tres, tenía que ser uno solo que se había dividido en tres.

Tenía que matarlos a todos mientras protegía a esos dos, Kazumi y a la chica que atraparon esa misma noche.

- Monstruo, ¡Raptaste a Satoko anoche, devuélvemela!

- Kazumi, no es el momento adecuado.

El demonio de dos cuernos había aparecido detrás de él, con rapidez uso la segunda forma, molino de agua pero se había quedado corto ya que no podía moverse como el quería al tener que proteger a otros.

-¡Imbécil!, ¡deja de dar por saco!, La mujer está perdiendo frescura. Ya tiene dieciséis años, ¿sabes? A cada minuto que pasa, su sabor va empeorando.

La expresión de Tanjirou era de total horror, como la de Kazumi. Volvió a aparecer otro detrás y el que quedaba al lado de una pared, para hablarse entre ellos.

- ¿Satoko?, no sé cuál será...

Los demonios se reían, mientras que uno de ellos abrió su kimono y enseño al chico las pertenencias de todas las chicas desaparecías, y vio el lazo de su querida Satoko, le cayeron lagrimas en los ojos y el demonio sonrió por eso.

-Si sus adornos para el pelo están aquí dentro, es que me la zampé.

Desaparecieron nuevamente los tres, Tanjirou estaba molesto por esas pobres chicas inocentes a la primera que salió uno fue a por el pero se quedo corto de nuevo. Ese demonio casi le daba, pero Nezuko le dio una patada que lo hizo estrellarse contra el suelo.

Nezuko miró al chico y a la chica cargada, para ponerse delante de ellos porque ella iba a protegerlos, "los humanos somos tu familia" eso es lo que le repetía a cada rato Urokodaki. "Protege a los humanos", "los demonios son el enemigo"

Nezuko corrió hasta uno de ellos para volver a darle una patada en toda la cabeza pero este huyó antes, cuando se dio cuenta volvió junto a Tanjirou, él de sobra sabia que su hermana era lo suficiente fuerte para protegerse a ella misma a lo que la miró y tomo una decisión.

- Nezuko, voy a sumergirme, protégelos por mí. ¿Podrás?

Tanjirou le sonrió y Nezuko le dio una respuesta con la cabeza y un pequeño sonido. Tanjirou se sumergió y se dio cuenta que estaba como en una ciénaga y vio todos los kimonos y objetos personales de las chicas desaparecidas. Ese demonio iba a pagar por ello, por haber arrebatado vidas inocentes.

Dos de ellos, estaban metidos en la ciénaga mientras le decían lo idiota que era por haberse metido allí ya que no podría respirar pero Tanjirou no era ningún idiota porque ellos no sabían donde se había entrenado, en un monte donde hacía menos aire que donde estaba ahora metido.

No se lo pensó dos veces y uso aquella técnica especialmente efectiva en el agua, espero a que se acercaran a él para formar un potente remolino con su cuerpo, lo olió el hilo de abertura.

-Concentración total, respiración del agua, sexta forma, ¡Remolino Enroscado!

Y así es como dos de ellos murieron, Tanjirou tomo una pequeña prenda del kimono del demonio donde se encontraba el lazo de Satoko, se estaba ahogando asique subío nuevamente hacía arriba donde se encontró con Nezuko peleando con el que quedaba, ya lo tenía medio matado a lo que Tanjiro dío el golpe final, cortándole los brazos y dejándolo en el suelo.

He + He ; InoTanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora