''La ayuda''

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   Esa chica, tenía que conseguir su ayuda para descubrir quien me extorsiono.

   Tenía que ser ella.

   Estos meses que pasé en la correccional entendí que todo lo que sucede en el pueblo se sabe, siempre hay una persona que lo ve, se lo cuenta a otra y así todos se enteran, sin importar que hagas hasta lo imposible para esconderlo.

   Todos conocían a los tres de Winston como solían llamarlos, tres adolescentes que se metían en problemas y eran fanáticos de las investigaciones uno más que el otro, por eso supe que ellos eran los indicados para ayudarme.

   Elizabeth Collins, Cora Mayer y Thomas Koch. No sabía nada sobre ellos solo los había visto en el instituto todos tenían un año menos que yo, Pero eso no importa tengo que convencerlos para que me ayuden, me habían llegado rumores que investigaron mi caso debido a que me creían inocente, eso me da puntos a favor.

   La seguí, no fue hacia su casa sino a la de su amiga la pelirroja Mayer, esperé horas escondido entre los arbustos hasta que la vi salir por la puerta principal despidiéndose de su amiga, iba a seguirla hasta su casa para hablar con ella.

   Elizabeth camino unas cuadras por las vacías calles del pueblo hasta que finalmente tomo la última curva que había para adentrarse en su casa. Era grande y tenía una gran reja, no sabía cómo iba a pasar.

   Sus padres eran una especie de empresarios con mucho dinero, lo más seguro es que esa reja tenga alguna especie de seguridad y así fue, cuando la chica llego puso una contraseña en un tipo de pantalla y este portón se abrió.

   Era sabido que no iba a poder entrar por ahí, pero podía entrar a la vivienda de la vecina la conocía, la señora Agnes si no me equivoco. Hace un tiempo fui a su casa, mi madre solía comprarle unas deliciosas galletas de chocolate y en una oportunidad vi una pared que daba hacia la casa de los Collins, era perfecto por allí podría pasar hacia su patio.

   Toqué la puerta de la anciana para saber si estaba en casa y rápidamente me escondí detrás de unos autos al otro lado de la calle. No paso mucho tiempo hasta que la señora abrió la puerta.

   - Ay, los jóvenes de hoy en día- expreso su molestia buscando con la mirada al responsable de hacerla salir para nada-Luego le dicen a uno loca y como no estarlo si siempre tocan la puerta y se van.

   No pude escuchar lo último que dijo antes de darse la vuelta y volver a dentro, pero estaba molesta eso lo supe.

   Tenía que tener el doble de cuidado sabiendo que estaba en casa, no podía verme o llamaría a la policía y eso sería un escándalo.

   Sin que me viese salte la puerta al costado de su casa para ir al jardín trasero, esa fue la parte fácil, falta la difícil. Me asome por la pared y las luces de lo que supongo seria su habitación.

   Este era el momento, tome carrera y salte lo más alto que pude, apoye mis manos sobre la pared e hice fuerza hacia arriba.

   Estando ya arriba solo salte hacia su patio.

   - Carajo- Caí, y caí arriba de unas maderas

   Quien mierda deja unas maderas apiladas en punta, supongo que solo ella.

   No podía entrar por la puerta, pero si por una de todas las ventanas que tenía esta casa, llegué hasta una de ellas y la abrí, hice ruido mucho a mi querer. Pude escuchar como alguien se acercaba a la puerta que estaba a tres ventanas de donde yo me encontraba.

   La luz se había apago, debe haber salido de su habitación, pero la luz de afuera se encendió y la puerta de la casa se abrió.

   Entre lo más rápido que pude antes que se dé cuenta y me encamine por el largo pasillo hasta que llegue a la cocina.

   Pude ver una especie de sándwich a medio hacer, no iba a dejarlo ahí hacía meses que no comía comida decente, podría ser un delito dejarlo.

   Termine de ponerle mermelada para comerlo, Cuando de repente escucho como alguien se esconde detrás de la mesada.

   No la conocía, no sabía si habría llamado a la policía, o tendría un arma, aunque  lo dudo.

   - Primero que todo ¿Quién eres? Y segundo ¿Qué carajos haces en mi casa?, y de paso decime como entraste- dijo rápidamente con el paragua en alto

   - Elizabeth- gire mirándola con una sonrisa en mi rostro- baja el paraguas no seas ridícula.

   - Tu- una atónita Elizabeth me miraba con horror- ¿Sabes que ese era el último sándwich que me quedaba?

   - Lo sabia

   - Primero, deja mi cena donde estaba- obviamente no le hice caso y seguí comiéndolo- veo que no lo harás, ya no importa pediré algo luego.

   - Segundo ¿Qué diablos haces en mi casa?

   -  Y tercero vas a irte o llamare a la policía.

   - No lo harás- asegure

   - Mira como no lo hago- de su bolsillo saco su celular. La mire atentamente era lo bastante alta pero no tanto como yo lo era, su oscuro cabello lo mantenía atado en una desordenada coleta, y traía unos pijamas de unicornios, se me escapo una pequeña sonrisa al verlos.

   Cuando estaba a puntos de marcarles camine hacia ella.

   - ¡OYE! - le arrebate su celular de las manos

   - Luego que escuches la pregunta que tengo te lo daré, ¿okey?

   - No, me lo darás ahora y te iras- demando acercándose con el paraguas en alto.

   -  Elizabeth ya baja esa cosa, ¿sabes que no me puedes lastimar con eso?

   - Ya basta de llamarme Elizabeth, me pones de los nervios. Llámame Liz, Collins, pero no Elizabeth. - me imploró

   -  Elizabeth necesito tu ayuda, realmente la necesito.

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HOLAAA

les dejo el tercer capitulo ¡NARRADO POR REED!

¿Qué les pareció?

¿dicen que Elizabeth lo ayudara?

espero sus comentarios  <3 

bsos 

InefableWhere stories live. Discover now