— Sophia, tienes una entrega pendiente sobre la infancia intermedia, te doy plazo hasta mañana— exclama la maestra de psicología del desarrollo — de aquí a que lo entregues ya pasaremos la etapa de la muerte humana.
Me resigno a afirmar y voltearme para ir al otro salón; ¿qué gano con discutirle a una señora que tiene chistes de ese tipo?.
— Si quieres te paso mi tarea y la copias con palabras distintas — aparece Isabella por un costado — viene encargando los mismos trabajos por más de 4 años, dudo que el 100% de ellos sean originales.
Isabella es mi compañera/mejor amiga. Nos conocimos a principio de año al entrar a la universidad, y desde el primer momento en que hablamos nos dimos cuenta de que tenemos muchas cosas en común. Nos hemos apoyado en todo. Siempre me ha costado tener amigos, pues, ser sociable y extrovertida no es de mis mayores habilidades, pero Isa ha sido la excepción.
— Está bien, acepto. Solo si me dejas invitarte un café, ¿te parece una pijamada este sábado en mi casa?, mamá está de viaje.
— Acepto — exclama sonriente.
Luego de esa diminuta conversación con Isabella, me resigno a ir a casa. Ya son las 5:50 y si no me marcho ahora no alcanzaré a llegar a la estación, o aún peor, no alcanzaré a verte a ti. Debo de admitir que desde el primer día en que te vi, espero la llegada del fin de mi día, el momento en el que me subo al vagón y ahí estás tu, con tu cabello rubio y tus ojos brillantes.
Camino dos cuadras por la ciudad hasta que llego a la estación, paso la tarjeta por le verificador y entro al andén. Justo cuando termino el último escalón, el tren frena para esperar a los pasajeros.
— Genial — murmullo para mis adentros — solo tengo 10 segundos para llegar al vagón.
Me limito a correr entremedio de la gente, logro entrar al vagón justo cuando la puerta suena para cerrar. Pacientemente busco el mismo asiento en el que me he sentado por los últimos 4 meses. Al sentarme, me tropiezo y caigo sobre el anciano que va a visitar a su esposa muerta.
— Disculpa — exclamo preocupada.
— No se preocupe — sonríe — nadie salió lastimado, ¿no?
— Es verdad, solamente mi dignidad — río — aunque nada es peor que saber que todas estas personas me han visto correr con la mochila puesta. Es como si mi nombre significara "reina de la vergüenza".
El abuelito recién golpeado por mí simplemente se ríe y agarra el periódico para retomar su lectura; ¿Tan aburrida soy para que un anciano me ignore por leer un artículo del periódico?
Pero, mi relación con este extraño deja de importar cuando te veo a ti, siento como mi corazón comienza a acelerar, intento no prestarte atención, pero es imposible evadir el hecho de que cada día me llamas más la atención.
¿Cómo has estado, Maya?, creo que ese es un buen nombre para ti, ¿si supieras que te invento nombres, pensarías que estoy loca?.
Esta vez hay algo distinto en ti, una expresión que no conocía de ti, es como de...
¿Preocupación?
¿Qué misterios guardas en tu vida, extraña de las 6:08?
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Te veo en el vagón
RomanceCada mañana, Sophia toma el tren de las 8:00 y se vuelve en el de las 6:08 pm. Sophia siempre ha pensado que su vida es monótona y aburrida, hasta que llega Zoe. Zoe es la chica que se sienta dos puestos a la izquierda frente a ella todos los días d...