Capitulo -3

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-Lentamente comienzo abrir mis ojos, el dolor de cabeza se hace presente, mi estomago se siento revuelto.
Trato de levantarme de la cama...
Camino lo más rápido que puedo al baño.

He estado vomitando aproximadamente por undo 10 minutos  presiento que mi alma está a punto de abandonar mi cuerpo.
Definitivamente debo volver a la cama y tratar de no moverme mucho.

No entiendo porque me consumó alcohol si al día siguiente voy a sentirme del carajo.

Juro por mi vida que si vuelvo a consumir una gota de alcohol dejo de llamarme Nathalia para ser un animal salvaje.

A mi lado se encuentra Nanci,  duerme como un bebé.
Me sorprende la capacidad de esta persona,  puede consumir una tonelada de alcohol y sin sufrir ningún malestar.

Pasado el medio día decidimos levantarnos,  no sin antes una buena ducha,  y finalmente bajar a la cocina a preparar algo.

Nos servimos un poco de leche con cereal, una vez sentadas en el comedor charlamos sobre cosas sin sentido.
Como la vez que nos escapamos del colegio para ir a la fiesta de uno de nuestros compañeros.
El padre de Nanci apareció  en medio de la fiesta.
Obviamente mi padre también llego al lugar y me agarró de la oreja frente a todos los chicos presentes en el lugar.

-Natalia, no piensas visitar ni una vez a tu madre?
...
-Ella no merece nada de mi,  si ella me hubiera tenido un poco de cariño nunca me habría abandonado a mi y a mi padre.

-No quiero entrometerme en tus problemas familiares, pero en esa época eras muy joven, no sabes cuales fueron los problemas de tu madre para llegar al punto de irse, ¿cuantos años tenías, ocho?

-De hecho cinco,  tenía cinco años.
Que clase de mujer abandona su hija de cinco años?

... Para este punto de la conversación mi tono de voz ha aumentado,  no quiero ser grosera con mi mejor amiga, pero me enfurece que trate de defender a la mujer que me abandonó.

-Eras muy joven, lo acabo de decir,  talvez tus padres tengan problemas que tus desconoces,  no odies a tu madre, aún no haz escuchado su versión de porque se fue.-

De verda agradezco que te preocupes por mi, pero no acaso olvidas que anteriormente dije que mi madre se escapo con otro hombre?
Por favor no la defiendas.

-No lo hago-

Puedo notar la cara de  frustración que Nanci trata de esconder.
Veo como respira lentamente para finalmente hablar.

- ¡Esta bien! Dejemos el tema por hoy, es más prometo no volver hablar de ello.

-Lo siento.

¿Porque?

-Por la forma en la que me te hable hace un momento, no te enojes por favor.

No pasa nada, quien debe disculparse soy yo, por hablar de algo que no debía.

-Nanci, de verda lo siento,  no te enojes por favor.

... No estoy enojada contigo...
...

-Pasada una hora Nanci se lebanta de la mesa, estira los brazos hacia arriba al mismo tiempo que de su boca sale un largo bostezo.
Por último se dirige a buscar su bolso para luego marcharse a su casa.

Nuevamente me acuesto sobre el sofá que está en la sala de la casa.

Los recuerdos de cuando era pequeña vienen a mi mente,  recuerdo  que para  mi cumpleaños número cinco mi madre coció una muñeca para mi.
Yo estaba fascinada recuerdo haberle puesto un nombre a la muñeca.

-Gabriela- la bauticé con ese nombre, porque así se llama mi madre.
Cuando era pequeña siempre  cuestionaba a mi madre por mi nombre,  solía decirle que me gustaba mucho su nombre, y que deseaba llamarme Gabriela, como ella.

Ella solía hacer trenzas en mi cabello antes de dormir.

Nunca imaginé que un día despertaría y que mi madre ya no estaría en casa, y peor que eso, que ella nunca más regresaría a casa.

Es triste recordar las cosas buenas que  nos han pasado.
Finalmente no puedo contenerme más,
Colocó mis dos brazos cruzados sobre mi rostro.
Es ridículo llorar por personas que no valen la pena, pero aún así lo hacemos.

No comprendo de donde sacó fuerzas mi papá para seguir adelante. Después de la humillación que sufrió por parte de mi madre.  él no se quedó parado en el mismo lugar  sintiendo pena porque su esposa lo abandonó para fugarse con su amante.

Desde los cinco años  me ha cuidado y protegido a toda costa.
Él es mi ejemplo a seguir, es un hombre honorable.

-Cálmate Natalia,  esa mujer no merece que sigas pensado en ella.
Trato de animarme a mi misma, pero la necesidad de desahogarme es mucha.

-Hoy es el último día que lloraré por personas que valen la pena.

Lloraré, después me lavaré el rostro, dejaré atrás las personas que solo lastiman mi vida, viviré por las personas que aún siguen a mi lado y que si me vieran triste se sentirían lastimados. No echaré a perder mi vida solo por el hecho de estar triste.

Memorias del alma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora