Herederos

1.-Reunión Extraordinaria

"—Al fin y al cabo, eres mi heredero"

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[...]

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—No debes ir, madre—le insistí de nuevo.

Mucho ha pasado desde que un accidente de cualquier tipo ocurrió en los alrededores o en el reino, pero una corazonada oprime mi pecho cada que pienso en mi madre viajando al Reino Cuarzo, y no por cualquier cosa, si no porque son dos días en barco.

Ella me está dando la espalda, mirando por el amplio ventanal de su habitación mientras habla conmigo.

—Lo siento, Izu. Ya sabes que soy parte del consejo—volvió a aclararme—por lo tanto no me queda elección, además, seguro el reino Cuarzo ya lo ha organizado todo. No sería justo que cancelara a estas alturas; solo venía para avisarte, no para preguntarte.

—Pero mamá, se supone que la próxima reunión no sería hasta dentro de unos meses—replique de nuevo, realmente aferrado a la idea.

—Lo se, pero es una emergencia según las palabras de Rei, y a ella no se le discute.

Suspiro, rendido.

Me voltea a ver y esboza una sonrisa, para luego acercarse a mi y tomar mi rostro entre sus manos.

—No te preocupes, cariño. Todo saldrá bien, no me ausentaré más de una semana.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Me dedica otra sonrisa y me da un beso en la frente, bajando sus manos a sus costados.

—El barco zarpara mañana temprano, quisiera que estuvieras ahí para despedirme y para que Tenya te entregué el itinerario, ¿si?

—De acuerdo, ahí estaré.

—Perfecto. Mañana ponte el traje que te mandé a hacer, para que sepan que aunque sea de suplente estás dispuesto a cumplir.

Asentí ante la petición y nos despedimos con una reverencia, lo que se acostumbra.

Mañana será un día pesado, y probablemente toda la semana.

[...]

❤️

—No lo sé, ¿qué debería llevar, Eijiro?—le pregunto, mirándome en el espejo, no del todo convencida con el vestido que modelo.

Traigo puesto un vestido con escote, de color vino y con volantes claros en la parte inferior, mientras que en la parte superior hay unas cuantas piedras que asemejan rubíes.

—Usted con todo se vería bien, Reina Mitsuki—me responde, con cierto grado de timidez.

Le doy la espalda al espejo y observo mi amplio armario con probablemente cientos de conjuntos para vestir, aunque el problema seguirá siendo el tipo de reunión al que asistiré y quiénes se presentarán.

—Es una reunión extraordinaria, alteza, no una gala. Podría ir incluso sin vestido y llevarse un conjunto cómodo, como a usted le agrada; no es necesario que se sofoque siempre con esas vestimentas.

Suelto un suspiro y devuelvo mi vista al espejo, analizando de nuevo lo que visto. —El problema siempre radicaria en la opinión popular, no es bien visto que las chicas usen pantalón y camisa, se ve reservado para los hombres.