La mañana avanzaba aparentemente tranquila, Souya aclaró sus pensamientos durante la noche y llegó a la conclusión de que probablemente todo se tratase de una confusión. Lo mejor sería que a partir de allí, se alejara de Rindou lo más que pudiese, al menos hasta que hablara con Smiley.
Angry ingresó a su turno como lo hacía habitualmente, no obstante, estaba un tanto más motivado ese día; puesto que realizaría dos cirugías importantes. Caminó por el extenso hospital hasta llegar a la sala donde se encontraba ingresado su paciente, mas, para su sorpresa, la sala estaba completamente vacía. Contempló la idea de que estuviera en el baño pero no habían rastros de él.
La preocupación se hizo presente, provocando que dirigiera sus pasos a gran velocidad en busca de su paciente. Poco a poco la desesperación apretujaba su pecho al no encontrarlo por ningún sitio. Finalmente, vio a Hakkai al final del pasillo y corrió hacia él como si fuese su fuente de salvación.
—Hakkai, necesito tu ayuda, creo que mi paciente del ciento trece se escapó. —Hakkai entrecerró los ojos sobre él como si hubiese escuchado el mayor disparate de la historia.
—Como si un paciente en sus condiciones pudiera siquiera sobrevivir dos segundos sin el oxigeno.
—Es que no lo encuentro por ningún sitio, ya lo busqué por todo… —Angry guardó un silencio repentino y procesó las palabras de su amigo—, espera, ¿como sabes que mi paciente estaba con el respirador?
—Porque acabo de asistir su cirugía.
Souya se mantuvo en silencio, como si estuviera esperando a que su amigo le dijese que se trataba de alguna broma, pero la expresión seria de Hakkai le daba a entender que no era ningún chiste.
—¿Disculpa? ¿Me estás diciendo que operaron a mi paciente sin mi?
—Hombre, el doctor sexy llegó hoy muy temprano y pidió que preparan con suma urgencia al paciente de neumotórax para la cirugía.
—¿Qué? —Sus labios se entreabrieron y enseguida su expresión cambió completamente. Todo rastro de desesperación se disipó y en su lugar, la ira se hizo visible en cada diminuto punto de su rostro.
—No sabía que ese era tu paciente y también se me hizo muy extraño que preparara la cirugía con tanta urgencia siendo que el paciente se encontraba estable.
El calor rápidamente subió por sus mejillas, sonrojándolas, su mandíbula se tensó y su ceño se frunció a tal punto que era imposible pasar desapercibido el enojo que sentía.
—Lo hizo a propósito, ¡jodido hijo de puta! —exclamó lanzando un golpe al aire.
Hakkai parpadeó un par de veces y apretó los labios en un vano intento por reprimir la risa. Aunque era evidente que no era el momento adecuado para reír, el hecho de oír maldecir a su amigo le resultaba simplemente maravilloso. Angry tal vez era la persona más tranquila que conocía, a simple vista podría parecer alguien temperamental y de hecho solía serlo en su adolescencia; sin embargo, desde que ingresó a la universidad pareció madurar a pasos agigantados, cambiando totalmente su forma de ser. Su carácter se volvió tan dócil que pareciera haber sido sustituido por otro Souya.
Era la primera vez en años que Hakkai lo veía perder la compostura, lo que irónicamente le hacía sentir ligeramente aliviado, al menos tenía la certeza de que seguía siendo humano y que no fue reemplazado por un robot.
—No quisiera que tu enojo aumentase, pero…¿la paciente de la ciento cuatro es tuya?
—Si, es la de la hernia hiatal. ¿Qué pasa con ella? —Hakkai se rascó la nuca, debatiendo internamente entre hablar sobre ello o no, aunque todo su ser le decía a gritos que lo más sensato sería que huyera de allí lo antes posible y Angry no pasó por alto aquello—. Habla de una vez.
El de hebras azules soltó un largo suspiro y dio unos pasos atrás antes de girar para retomar su camino.
—Lo siento, pero voy a asistir su laparoscopia en este momento, supongo que no estás enterado.
—Estás bromeando, ¿cierto? —El rostro de Souya reflejaba una mezcla de desesperación, enojo y tristeza. La cirugía era una de las cosas más importantes que tenía, amaba su trabajo y el no poder hacerlo lo llenaba de frustración.
De algún modo intuía que el meterse con su jefe traería este tipo de consecuencias, pero no imaginaba que llegaría tan lejos.
—Mira, no sé problemas tengas con ese doctor, pero como tu amigo te sugiero que arregles los malos entendidos antes de que las consecuencias sean mayores.
Hakkai le dedicó una mirada compasiva y se marchó con un sentimiento de impotencia que le apretaba el pecho, Angry era como un hermano pequeño para él y siempre sintió que estaban demasiado conectados, todas las inquietudes de Souya él las sentía como propias y ahora que veía todas esas emociones en su amigo, no podía evitar sentirse mal por él.
Por su parte Angry apretó los puños y con pasos apresurados avanzó en dirección a la oficina de Rin, aunque ya sabía el porqué de sus acciones, necesitaba pedirle explicaciones y decirle en la cara lo que pensaba de él.
Rindou se sobresaltó cuando la puerta se abrió bruscamente, dejando ver a un Angry furioso, con un aura aterrador que advertía peligro. Rin sintió su cuerpo paralizarse a medida que Souya se acercaba a su escritorio y por unos breves segundos, temió por su vida.
—¿No cree que esto es un poco inmaduro de su parte? Creí que era alguien profesional, pero veo que ni siquiera es capaz de dejar fuera del trabajo los problemas personales.
—¿De que estás hablando? —Era más que evidente que sabía a la perfección de lo que Souya estaba hablando, puesto que sus acciones fueron totalmente intencionales.
—No me joda —advirtió, golpeando el escritorio con la palma para luego levantar la mano y señalarlo con su índice. Angry lo estaba pasando por alto, pero si Rindou quisiese, podría presentar una queja y suspenderlo si siguiera faltándole el respeto—. No actúe como si no supiera de lo que estoy hablando, entiendo que esté molesto por lo que sea que hubiera pasado, pero no se meta con mi trabajo.
Esas palabras causaron que la mecha de Rin también se encendiera, le molestaba hasta los huesos que Angry olvidara lo pasó entre ellos.
—¿Sabes que? Estoy harto de que finjas no recordar nada, te diré algo: hasta que te regrese la memoria, tú no realizaras ninguna cirugía en este hospital. Será mejor que hagas trabajar ese cerebro tuyo o lo más cercano a una cirugía que realizarás, serán unas suturas en la sala de emergencias.
Angry ahogó un gemido, de tan sólo pensar en esa posibilidad hacía que la piel se le erizara y que una extraña sensación de desagrado le revolviera el estomago.
—Usted no haría eso, ¿cierto? —La voz le tembló ligeramente, pero fue suficiente para ser notado.
—Pruébame.
—No lo entiendo… si esto es por lo que sucedió, yo… ¡lo lamento! —La desesperación se apoderó de Souya tan rápido como sintió que su trabajo estaba en riesgo, él no podía perder eso—. Si lo ofendí o lo metí en problemas de algún modo, lo siento. Tenga por seguro que no lo hice a propósito, yo…
—No es una disculpa lo que quiero, Souya —dijo interrumpiéndolo.
—Entonces, ¿qué es lo que desea? —Rin soltó un suspiro y abandonó su asiento para acercarse a él.
—Lo que quiero es que te hagas cargo de tu esposo —expresó señalando el anillo que adornaba su dedo.
Angry se vio tentado a reír al oír tal disparate, pero inconscientemente su vista viajó hasta su mano y pudo notar que el anillo que le había dado Smiley hacía juego con el que tenía Rindou.
—Debe ser una broma —murmuró, devolviendo la mirada a Rin, pero la seriedad en el rostro de este le daba a entender que hablaba en serio—. Porque está bromeando, ¿cierto?
Rindo negó suavemente y esperó atentamente la reacción de Angry. Este por su lado se mantuvo quieto, esperando que Rindou comenzara a reír y que todo eso se tratase de una broma de mal gusto.
Pero eso no pasó, Rin se mantuvo firme, dándole a entender que era real. El miedo lo arrasó como una ola furiosa, arrastrándolo a lo más profundo de la desesperación, eso no podía estar pasando, de ningún modo podía estar casado y mucho menos con un hombre; Smiley no le haría algo de tal magnitud.
—Usted es increíble, es decir; ya sabía que era bajo cuando trajo al trabajo los problemas personales, pero inventar algo semejante sobrepasa los limites. ¿Se divierte jugando con las personas de ese modo?
Cada una de las palabras de Angry sólo hacían que se avivara el fuego en el interior de Rin, quemando todo a su paso, la sangre en sus venas fluía como lava, reflejando todo enojo en la forma que lo miraba.
—¿Qué me divierto dices? ¿Sabes lo frustrante que fue despertar en aquel hotel, recordar cada maldito detalle de la noche anterior y que tu no estuvieras allí conmigo para afrontar las consecuencias? ¿Sabes lo asustado que estaba cuando encontré el acta de matrimonio y descubrir que era real? ¡Por supuesto que no sabes nada! Porque huiste como un maldito cobarde y cuando te encontré fingiste no recordar nada y por encima de todo, tienes las agallas de echarme la culpa de todo. ¡Ahora dime quien es bajo!
Sin darse cuenta, Rin había cerrado su puño alrededor de la bata de Souya, atrayéndolo hacia si. Su respiración estaba agitada luego de gritarle todas esas cosas, su pecho subía y bajaba constantemente y su mirada estaba clavada sobre los ojos de Angry.
Bajo su tacto pudo sentir como Souya temblaba ligeramente y fue eso lo que precisó para volver en sí, respiró profundo para calmar las pulsaciones aceleradas de su corazón y pudo notar el miedo en los ojos del chico. Instintivamente lo soltó y dio un paso atrás, era consciente de que había cruzado la línea y lo asustó.
—Perdón… yo perdí el control, no debí gritarte ni mucho menos agarrarte de ese modo.
No hubo respuesta, la expresión de Souya era la misma, como si se hubiera quedado congelado. Él necesitaba procesar todo lo ocurrido y más que nada necesitaba una explicación y sabía a quien pedírsela. Souya retrocedió a pasos lentos hasta llegar a la puerta.
—Espera, no te vayas así, necesitamos hablar. —Rin extendió el brazo como si tratara de alcanzarlo, pero era demasiado tarde, Angry se echó a correr apenas alcanzó la puerta.
Sus pies se movían a gran velocidad, cruzando el hospital como si estuviera huyendo de un monstruo que quería comerse su cerebro, su pulso estaba acelerado y su respiración se volvía errática a medida que avanzaba. No supo cuanto tiempo paso, para cuando se dio cuenta ya se encontraba frente al restaurante de Smiley.
En circunstancias diferentes se hubiera detenido a respirar y calmarse un poco antes de ingresar, pero ese no era el caso; los clientes giraron en dirección a la puerta cuando esta se cerró abruptamente, provocando un sobresalto en algunas personas. Angry recorrió el lugar con la mirada, buscando a su hermano y cuando pudo verlo detrás de la caja registradora, caminó rápidamente hacia él.
—¡Tú! —Souya tomó a su hermano del delantal y lo arrastró en dirección a la cocina. Las personas allí dentro murmuraron sorprendidos ante la acción de Angry, puesto que nunca antes lo habían visto actuar de tal manera—. ¡Todo el mundo fuera! —gritó, y eso bastó para que los empleados abandonasen la cocina y Smiley comenzara a preocuparse de la gravedad del asunto.
—¿Por qué estás tan alterado, Angry? —el puño de Souya se cerró y tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no golpear a su hermano.
—¿Y todavía lo preguntas? ¿En que diablos estabas pensando cuando te casaste con ese bastardo?
—En realidad quien se casó fuiste tú, creo que fue mala idea darme tu identificación. —Nahoya soltó una pequeña risa, pero al sentir la ira que emanaba de su hermano, se aclaró la garganta y se obligó a si mismo a mantenerse serio.
—No me digas… —Souya soltó la ropa de su hermano y empujó ligeramente su pecho para alejarlo—. Tienes dos minutos para explicarme que fue lo que pasó.
Smiley asintió en respuesta y soltó un lago suspiro, tratando de hallar el modo de explicar lo sucedido. Sus temblorosas manos pasaron pasaran entre sus rizados cabellos, delatando el nerviosismo que se había empeñado a esconder durante días.
Al inicio no le tomó demasiada importancia, puesto que creía firmemente de que aquello se trató de una simple boda falsa, aunque igualmente temía a la reacción de su hermano. Angry sólo le pidió que lo supliese por un par de horas en la reunión, luego podría marcharse, pero surgieron eventos inesperados que lo llevaron a cometer varias locuras.
—Escucha, sé que lo que hice no tiene perdón y no hay excusa a mi comportamiento, pero sabes mejor que nadie que yo jamás haría algo para perjudicarte. Hay una explicación para todo, aunque suene bastante loco. —Souya se cruzó de brazos y elevó una de sus cejas, a la par que su dedos golpeteaban su brazo impacientes—. Cuando llegué a la fiesta, todo iba bien, hice todo lo que me pediste; saludé a todos y le ofrecí una muy amable bienvenida al doctor. Luego bebí unas copas y fui saliendo sin que nadie me viera, o eso creí… de pronto oí cuando me llamaban por mi nombre e instintivamente respondí, en ese momento olvide por completo que era tú. Me llevo una sorpresa cuando me encontré a Sanzu, él me reconoció.
—¿Sanzu? Pero, ¿qué hacía él allí?
—Resulta que es hijo del director del hospital. —Souya entreabrió los labios por la sorpresa, jamás hubiera esperado que Sanzu compartiera lazos con el director.
—Que locura, conozco a sus dos hijos, pero no tenía idea de que hubiera un tercero y mucho menos esperé que fuera Sanzu.
—Lo sé, me sorprendió descubrir que pertenece a una familia adinerada, pero ese no es el punto, ese bastardo desquiciado alteró todas las bebidas, para cuando me di cuenta las personas allí dentro ya estaban alucinando.
—¿Qué hay de ti, también bebiste de eso? —Smiley asintió ligeramente y provocó que Angry soltara un bufido en respuesta
—No fue intencional, para cuando se disiparon los efectos de las drogas, yo desperté en un hotel a lado de ese tipo. Entré en pánico cuando los recuerdos de la noche anterior golpearon mi cabeza. Estaba tan asustado que salí corriendo, tenía mucho miedo a tu reacción que no tuve el valor para contarte. Yo de verdad lo lamento mucho.
Angry podía ver el arrepentimiento y la aflicción en los ojos de su hermano, no obstante, el enojo que sentía iba más allá que cualquier razonamiento. Smiley podía ser sólo una victima de la situación pero no podía evitar tener resentimiento contra él.
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Sweet Liar (Angry x Rindou)
Fanfiction"¿No se trata de hipocresía, Souya? Alegas odiar las mentiras, sin embargo, desde el momento en que nos conocimos, no has hecho más que engañarme, mi dulce mentiroso."