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El joven pelirrojo contempló en la penumbra el cuerpo desnudo de la mujer que yacía a su lado

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El joven pelirrojo contempló en la penumbra el cuerpo desnudo de la mujer que yacía a su lado. Al sentir la suave y serena respiración de la durmiente, le invadió una estúpida alegría.

¿En qué momento habían surgido aquellos sentimientos por ella? No lo sabía.

Habían pasado tanto tiempo juntos, desde su infancia, que su presencia en su vida era algo tan natural como respirar.

Quizá por eso no había notado, hasta el día de hoy, lo mucho en que la amaba.

No podría imaginarse una vida sin ella.

La mujer se revolvió con pereza dentro de las sábanas, abrió los ojos, adormilada aún, contempló el cuerpo musculoso del joven héroe mientras este se arrastraba fuera de la cama.

—Vuelve a dormir un rato-, dijo él, besándole el hombro—. Aún es temprano.

— ¿Ya te vas? - curioseó amodorrada.

— Volveré pronto- ella asintió en silencio, pero Enji pudo notar la preocupación dibujada en su somnoliento rostro—. No tienes que preocuparte, es una misión sencilla.

Tras aquellas palabras, la preocupación desapareció. El rostro de la joven heroína se relajó, para ofrecer una franca sonrisa. Parecía que con esa respuesta había borrado toda su angustia.

No tenía caso que se preocupara más por la misión. Ambos conocían perfectamente los peligrosa que era la vida de un héroe profesional, lo único que podían hacer era confiar en las promesas de volver con vida a su hogar.

No pasó mucho tiempo para que la joven volviese a quedar dormida.

El de cabellos rojizos no pudo evitar sonreír al verla.

Lucía tan hermosa y serena, no le importaba el no poder convertirse en el héroe número uno si eso significaba poder estar siempre a su lado.

Nunca debió ir a esa misión.

Debió quedarse en el departamento con ella.

Los copos de nieve caían sobre la ciudad, la noche llega lentamente abrazando el invierno, que azotaba a la metrópoli.

El inexperto héroe palideció ante la escena que acontecía frente a sus ojos.

El edificio en donde vivía con ella se encontraba reducido a escombros. Los edificios contiguos no estaban en mejor situación.

El sonido ensordecedor de varias sirenas lo inundó todo. Y acto seguido, luces azules y rojas se proyectaron sobre el cielo oscuro. La noche se había convertido en una mezcolanza de gritos y caos, además de nieve y humo.

Todo era un desastre.

Haciendo caso omiso de los gritos de los demás héroes, Enji se abrió paso por el agujero que había sido la entrada, del edificio en donde vivía, y subió a gatas por los escombros. Los ladrillos seguían todavía calientes y muchos de ellos se habían resquebrajado por la fuerza del calor.

Era imposible que alguien sobreviviese a una calamidad de tal magnitud, todo a su alrededor le gritaba que no existía posibilidad alguna de que quien hubiera quedado atrapado allí pudiera salir con vida, pero, una parte de él deseaba que existiese algún superviviente. Entonces, solo entonces podía existir la posibilidad de que ella se encontrase bien.

No.

Ella debía de estar bien.

Había sobrevivido a los monstruosos experimentos de sus abuelos, un incendio no sería rival para ella... o al menos eso es lo que se decía a sí mismo para poder mantener la calma.

Se detuvo frente a lo que alguna vez fue su departamento, Tragó saliva con dificultad y respiró hondo como si precisase tomar aire para cobrar valor antes de adentrarse.

El aire frio del interior contrastaba con el resto del edificio, indicando que ella había utilizado su quirk. Dentro de su temor comenzó a anidar un destello de esperanza, pero este desapareció en cuando sus ojos distinguieron un delgado bulto sobre la blanca nieve, que ahora estaba teñida de rojo por la sangre.

Con torpeza se acercó solo para vislumbrar con horror un cuerpo femenino totalmente desfigurado.

— ¡Endeavor! – se hicieron escuchar las voces de sus compañeros héroes, pero para el joven pelirrojo aquellas voces eran apenas como un susurro.

Un cuerpo pequeño y delgado envuelto por un hermoso vestido negro que le daba la apariencia de una delicada muñeca de porcelana, y una fina cabellera blanca cubriendo su cabeza. Todo indicaba que se trataba de ella.

Pero, sus instintos se negaban a creer que se tratase de ella.

¿Estaba en lo correcto o solo se encontraba en la etapa de negación?

— ¡Endeavor! – volvieron a llamarle provocando que saliera de su trance.

Enji reconoció la característica cabellera de All Might, quien se acercaba a él, eso fue lo ultimo que vio antes de perder consciencia.

Enji reconoció la característica cabellera de All Might, quien se acercaba a él, eso fue lo ultimo que vio antes de perder consciencia

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⏰ Última actualización: Aug 02, 2022 ⏰

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