III. Papá celoso

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Miercoles, día 3

Era hora del almuerzo y todo el grupo iba saliendo del salón, hoy las mini pizzas estaban al 2x1. Pizzas que probablemente estén caducadas y te causen algún malestar, Baji y Kazutora son la prueba de ello. Pero una oferta es una oferta y Takemichi no iba a desaprovechar eso.

—¡Takemichi ten cuidado con Sami! —gritó Hina, el rubio iba bajando las escaleras a paso veloz con el huevo en sus manos.

Takemichi resbaló con un papel que se pegó a su zapato. El huevo llamado Sami, nombre

puesto por Hina, salió volando.

Las escaleras que normalmente a esa hora eran invadidas por gritos y risas, quedaron en silencio, todos miraron al pobre huevo volar lejos de las manos de su padre. La cara del rubio cambió en cámara lenta a una de pánico y como escena de película se lanzó hacia su hijo, con toda la esperanza de agarrarlo

Mitsuya, quien estaba junto a Hina se hizo para un lado, quería evitar meterse en el camino de la chica cuando vaya a reclamarle al Takemichi.

Hanma sacó su celular lo más rápido que pudo para grabar. Para suerte de él, captó el momento exacto en el que el pobre huevo se estrelló contra el piso, manchando todo de amarillo, las cáscaras exparcidas sobre esa sustancia viscosa confirmaron que el pequeño Sami había muerto

Hina con empujones se abrió paso entre la gente y antes de que Takemichi pudiera pedir perdón la chica ya había impactado la palma de su mano contra la mejilla del rubio y sin decir alguna palabra se fue.

Takemichi contemplaba a su huevo en el piso, en poco tiempo le había tomado mucho cariño, le fue imposible contener las lágrimas

Chifuyu se acercó a su amigo para darle ánimos y con varias hojas de su libreta y le ayudó a recoger lo que quedaba del huevo.

Después de eso, todos procuraron bajar con cuidado las escaleras.

Ya formado para comprar algo de comer, nuestro querido pelilila buscaba con la mirada a Hakkai, lo perdió de vista después del incidente en las escaleras. No era novedad que solían comer juntos incluso antes del proyecto, pero hoy le hacía cierta ilusión. No por nada especial, solo que ese día había preparado unas pequeñas bolitas a base de galletas y lechera cubiertas por chocolate, no era muy fan de los dulce, pero sabía que el peliazul sí, así que un almuerzo familiar sería perfecto para su álbum, incluso hizo una pequeñita para Matthew.

Tal vez esté con Takemichi, pensó antes de dirigirse al patio para buscarlo



—Baji deja de darle de comer a Pou, su moño se está despegando y me costó mucho trabajo pegarlo. —reclamó Chifuyu, intentó ser el padre responsable pero le fue imposible contener su risa, el huevo estaba todo manchado de grasa de pizza

Ambos estaban sentados en el piso, Chifuyu hacía su mejor esfuerzo para decorar el álbum, pero el pegamento se le quedaba en los dedos, haciendo un desastre y Baji no era de mucha ayuda

—Pero Fuyu...Pou tiene que comer bien, es como en el juego, sino va a hacer popo y su popo se convertirá en un pou bebé. Nuestro hijo está muy pequeño para ser papá

—Si sabías que eso es mentira, ¿no?

—¿Cómo que es mentira?

—Baji, es imposible que un Pou tenga hijos. —dijo mientras decoraba la foto de Peke J y Pou con unas estrellitas azules que le regaló Souya. De cierta forma envidiaba al rizado, en la mañana Souya le enseñó su álbum, llenó de stickers y fotos decentes, Chifuyu se sintió avergonzado del suyo.

Papás de un huevo [Mitsukkai]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora