5. Cuestión de tiempo

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La eriza descansaba sobre su suave colcha mientras miraba algunas de sus series favoritas

T.V. — Mi estimado presidente aquí están las instrucciones que debes seguir en tu rutina de horror... —

— Esa carta debería ser tesoro nacional — murmuró Amy mientras terminaba de comer sus palomitas

Estaba muy cómoda en aquel sitio que poco a poco se iba quedando dormida, solo pudo resistir ver 135 capítulos de su serie, y con sus poquitas fuerzas apagó la pantalla y se acurrucó hasta que simplemente se dejó vencer por el sueño, el día de mañana vería los capítulos que le faltan... Y quizá repetiría su serie una vez más...

Quien diría que habría un búnker justo debajo de su casa?, Nadie le hubiera creído si lo hubiera contado a sus amigos, pero en fin, agradecía internamente no haber contado su secreto...

Su escondite literalmente era del tamaño de su casa, solo que se encontraba justo debajo de esta, lo único que tuvo que hacer es bajar algunas de sus cosas para su comodidad. Todo estaba en su sitio, a excepción del baño, que había sido puesto al otro lado del búnker. Este extraño lugar parecía ser un refugio de guerra, quizá en el pasado fue ocupado para resguardar las provisiones, pero ahora, Amy era dueña total de aquel lugar, se sentía totalmente poderosa al tener un sitio así para ella sola, ahora comprendía muy bien a Eggman y sus imponentes guaridas...

Los días y semanas pasaron sin que ella se diera cuenta, viendo los programas que disfrutaba, jugando los videojuegos que tanto le gustaban, disfrutando sus chucherías y comidas que desde hace tiempo no se había dado el lujo de disfrutar todo lo que cocinaba, pero todo lo bueno tiene que terminarse en algún momento... En este caso, se le acabaron las provisiones...

Para su mala suerte la eriza la había pasado terriblemente mal, se había puesto unas etiquetas de estrellitas que había comprado para decorar su cuarto, pero pensó que se verían mejor en sus brazos y cuello, y así paso toda la tarde tomándose fotos divertidas con sus etiquetas, pero olvidó la advertencia que venía en el empaque...

⚠️Advertencia. Este producto contiene pegamento de alta gama, por lo que se recomienda evitar el contacto con la piel y pegarlo directamente en la superficie deseada. En caso de que desee retirar las etiquetas debe comprar el disolvente adecuado ⚠️

La eriza sufría en despegar todas esas etiquetas de su piel, quedando en su lugar, una mancha morada con tonalidades rojizas que bien podría malinterpretarse como un golpe... Aún así, tomo una sudadera que cubriera esas manchas, se colocó un pantalón corto y lo combinó con sus botas, tomo valor, algunos rings para hacer sus compras y salió con cuidado de su escondite, movió las tablas del piso y emergió de este, saliendo directamente en la sala de su casa — Uy... Debo limpiar cuando vuelva — dijo al notar todo el polvo que invadía su hogar, amarró sus púas en una coleta y salió de su hogar llevando su peculiar bolsa de compra, cerró con llave y se fue...

Su recorrido era el habitual, su primera parada el supermercado donde llevaría lo necesario para su canasta básica, luego iría a comprar sus golosinas y por supuesto, su gran bote de helado, este le duraría más del tiempo previsto

Siguió paseando con calma mientras llevaba su bolsas de provisiones cuando encontró una tienda Honey, era nueva en el centro comercial así que no se resistió a ver y comprar algunas prendas allí. Entre pasillos y ropa, pronto reconoció una voz peculiar:

— PINKY!!! — exclamó la albina soltando sus prendas y abrazando de golpe a la eriza — Chaos, donde te habías metido?! —

— Hola, Rouge... — murmuró ella tratando de recuperar el aliento — Cómo estás? —

— Cómo estoy? Es un chiste?, Pinky, desapareciste por casi dos meses, donde estabas? — replicó con molestia

— Ah eso... Bueno yo... Ah... Encontre un buen lugar donde quedarme y pues... Solo eh venido de visita y comprar unas cosas — respondió nerviosa mientras la murciélago la miraba con atención

— Un lugar? No piensas contarme a donde fuiste? — dijo la mayor herida por la desconfianza de Amy

— Por ahora prefiero que no, Rouge — dijo la pelirrosa — No me malinterpretes, es solo que... Creo que aún no es el momento de hablar de ello — añadió  Amy desviando la mirada y causando intriga en la mayor

— Bueno... Supongo que entiendo... Volverás a irte? — preguntó Rouge con tristeza

— Solo será por un tiempo, prometo regresar pronto, pinky promise! — mencionó ella extendiendo su dedo meñique y enlazandolo con el de Rouge

— Pinky promise — confirmo la albina sintiéndose más segura, aunque aún no entendía por qué la menor le escondía tantos secretos — Entonces ya que te vas tan pronto, no te molestará hacer una pequeña visita en el taller del zorrito, los chicos han hecho una reunión para ayudar a reconstruir algunas zonas que Eggman destruyó en sus ataques —

— Es que... No creo que sea buena idea... —

— Vamos Pinky, a todos les hará tan bien verte —

— ... No lo sé... —

— Solo será un ratito, lo prometo! —

Ella lo pensó por unos segundos, suspiro y dijo — Está bien, solo será un pequeño momento, por qué no? —

Tiempo a solas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora