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Una luz blanca y cegadora comenzó a llenar los sentidos de Hanako, haciendo que poco a poco comenzara a despertar.
Soltó un quejido poco sonoro y giró el cuello para poder ver de dónde venía esa luz. Estaba en un hospital, y la luz provenía de la ventana.
Vio a Mitsuri- su hermana- mirando hacia fuera, por esa razón estaba abierta.
Se sentó en la cama y con pesadez dejó caer su cuerpo, mientras observaba como Mitsuri se levantaba sobre el alféizar.

-¿Qué hace?- se preguntó a sí misma, mientras su hermana mayor se incorporaba, y vio como poco a poco comenzaba a balancearse sobre la misma. Asustada, se levantó de la cama y con un paso pesado se acercó hacia el marco de la ventana. No pudo evitar gritar lo más fuerte que sus pulmones se lo permitieron cuando vio que estaba a punto de caer.

-¡MITSURI!- gritó fuertemente para después abalanzarse sobre el marco, cuando estuvo cerca miró por esta y pudo observar como caía cada vez con más rapidez. Sus gritos alertaron a los médicos, así que antes de que se pudiese tirar para salvar a su hermana, ya la habían agarrado y devuelto a la camilla.
Varios de ellos se asomaron, para ver el cuerpo sin vida de Mitsuri derramando sangre en el suelo grisáceo.
Hanako comenzaba a delirar, decía cosas inaudibles para ellos, que trataban de calmarla, y al no ser posible le inyectaron una sustancia en el brazo que era desconocida para ella.

Cuando consiguió volver a despertar su cabeza daba vueltas, no se podía mantener en pie, al fin y al cabo solo era una niña.

Mi verdad más dolorosa// Takashi MitsuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora