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17 de abril de 2017

Eran cerca de las 16:30 pm. Yo acababa de salir del trabajo, había sido un día tranquilo en el hospital. Otras veces suelo tener pequeñas discusiones con una enfermera, pero al parecer hoy no estaba... Para nada en nuestra última disputa casi la clavo un bolígrafo en la mano...

Al estar ya en mi casa recibí una llamada de aquél hermano que acompañó al chico de la sobredosis.
En mi sincera opinión, siempre pensé que nunca contactaría conmigo.

Después de la llamada me acerqué al calendario, para poder marcar que la noche de hoy tendría cena, así que debía avisar al hospital clandestino de que no podría ir al trabajo. Quién sabe lo que puede ocurrir después de la cena...

- Mierda, ¿dónde habré metido ese número?

Antes de que pudiera seguir buscando en la agenda del móvil, ya recibí yo una llamada de la secretaria.

Al parecer mi magnífico y super tranquilo paciente, Sanzu, estaba teniendo un problema. Bueno, más bien, la enfermera que lo atendía.

Sin tardar mucho más, fui rápidamente a aquél hospital. Me llevé algún que otro insulto por pasar en los semáforos en rojo, pero en esos momentos no es que me importara mucho.

En cuanto entré por la puerta del hospital, todos los trabajadores y pacientes me dejaron el paso abierto por el pasillo. Nadie quería estar en medio de mi camino.
Creo que mi cara de molestia decía muchas cosas...

- ¡Sanzu Haruchiyo! - Grité lo más fuerte que pude mientras abría la puerta, encontrándome al pelirosado a punto de tomarse lo que parecía ser una pastilla.

- ¡No grites! Así no hay quien se pueda drogar tranquilo... - Dijo guardando el narcótico en un frasco, el cual yo le quité.

- ¿De dónde las has sacado? Recuerdo que te registraron después del lavado de estómago, por si acaso llevabas más droga.

- Una visita que tuve antes. - Dijo de mala gana mientras extendía el brazo para arrebatarme el recipiente.

Hubo una pequeña guerra por ver quién se quedaba con el frasco. Él se intentaba levantar para alcanzar mis manos, mientras que yo me alejaba más.
Hasta que ya me cansé y acabé por tirar el bote por la ventana, aprovechando que estaba abierta.

- ¡No, mis pastillas! - Se levantó como un resorte de la cama para asomarse por la ventana. - ¡Hija de p*ta! - Dijo antes de abalanzarse sobre mí.

Otra vez una pequeña batalla era llevada acabo en aquél lugar. Él sujetaba mis brazos, pero yo forcejeaba hasta soltarme. Le intentaba dar con la rodilla en su abdomen, pero él conseguía esquivarlo.

Finalmente yo acabé ganando. Los rodillazos en las entrepiernas siempre funcionan.

Cuando todo se hubo calmado, el volvió a la camilla y yo tomé una silla para sentarme a su lado.

- Sanzu, ¿puedes contarme lo que ha pasado con esa enfermera?

Ante mi pregunta, el mencionado hizo un puchero como si de un niño pequeño se tratara.

- No supo apreciar mi regalo...

- ¿Tu regalo?

- Sí, la di dinero para que me hiciera un trabajo, pero lo rechazó.

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⏰ Última actualización: Sep 19, 2022 ⏰

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ꜱᴇxᴏ, ᴅʀᴏɢᴀ ʏ ᴀʟᴄᴏʜᴏʟ (Sanzu Haruchiyo × Reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora