Prólogo

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"Tras el descanso temporal de nuestra amada heroína Starlight los crímenes se han hecho más constantes, las estadísticas de inseguridad se han ido elevando drásticamente, sin embargo confiamos plenamente en que nuestros héroes harán su mejor esfuerzo para poder controlar esta situación y regresarnos esa paz con la que siempre hemos contado."

El peliverde apagó el televisor un tanto molesto, quería silencio para poder leer con tranquilidad su correo. Tomó las cartas que se encontraban en la mesita junto a la puerta y se sentó en la sala de su hogar.

Revisaba los sobres lentamente, leyendo y encontrándose solo con cuentas, invitaciones y...

¿Otra carta? —Abrió un sobre proveniente del hospital central.

Suspiro al ver su contendido, mientras más avanzaba en su lectura su preocupación aumentaba.

Paso sus manos sobre su rostro dejando de lado el papel que decía que necesitaría regresar al hospital ya que sus últimos análisis no eran lo suficientemente claros para poder dar un diagnóstico certero acerca de lo que le estaba pasando últimamente.

Se levantó del sillón individual en el que se encontraba y entro en su habitación, fue directamente a su armario, tomando el traje de héroe que estaba colgado para guardarlo en su mochila, tomó sus demás artefactos y lo acomodó todo para al fin salir de su lujoso departamento.

Subió a su auto y se quedó mirando a la nada unos cuantos segundos, cuestionándose si debía regresar al trabajo, apretó sus labios, encendió el auto y terminó por dirigirse a la agencia de héroes de la cual era dueño.

La noche era algo fría, sin mucha gente en la calle y corría viento que calaba en los huesos.

Detuvo el auto en el parqueadero, respiro profundamente y salió del auto, con esa sonrisa que desprendía confianza y seguridad al verla, esa que solo él tenía.

¿Todo bien, Midoriya? —El peliazul con anteojos le pregunto al verlo un poco raro.

¿Eh? —Se sorprendió al ver que su mejor amigo preguntaba por su estado —Sí Iida, todo bien —Respondió al instante.

¿Qué pasó con... ese asunto? —Preguntó su amigo siguiéndolo hasta su oficina.

Midoriya entró a su oficina y cerró la puerta detrás de él para evitar que las personas escucharan la conversación con su amigo.

Necesito hacerme otros análisis, todavía no saben mi diagnóstico —Apretó los puños —Pero no digas nada, no aún —El peliazul solo asintió a la petición de su amigo, pues sabía lo que conllevaba el que otras personas se enteraran de su estado actual.

¡Hey nerd! —Entró abruptamente un cenizo a la oficina donde ambos hablaban.

Kacchan, ¿Qué pasa? —Midoriya se levantó al instante.

Otro maldito villano atacando la ciudad, tenemos que ir, ahora —Se giro tras decir lo que necesitaba y salió de la oficina.

Midoriya solo volteo a ver a su amigo de lentes, sonrió y salió de la oficina.

Se sentía obligado a mantener esa apariencia, ocultar sus sentimientos y preocupaciones, mantener esa inmensa carga que llevaba sobre la espalda, la carga de ser el héroe número uno.

El símbolo de la paz.

Siempre contigo (Midoriya Izuku x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora