Rockstar - Rodrivan

Bar

Un día de septiembre, Rodrigo como de costumbre se encontraba preparándose para tocar con su banda "Viejo choto" en un pequeño bar de la ciudad. Iba probando cada una de las cuerdas de la guitarra color azul; no quería que nada salga mal.
El nombre de la banda se debía a que un día un integrante de esta se peleó muy fuerte con un hombre de tercera edad en la fila del coto.

– ¿Cuál es el repertorio, pibe?
Dijo el dueño del bar mientras el de ojos verdes afinaba la guitarra concentrado.
– Mhh, no sé. Vamos a tocar rock nacional es lo único que sé.
– Bien, en 3 minutos abro. Avisenme si tienen algún inconveniente.
Un integrante de la banda se acercó a Rodrigo a preguntarle sobre que canción iban a tocar.
– Improvisado como siempre Germán, al estilo Viejo Choto.
Contestó acompañado de una risa.

Pasaron los tres minutos y se hicieron las 23:30 PM.

Iván, era un joven bartender/mesero que atendía claramente en el bar. Le había tocado trabajar cuando la mayoría de sus compañeros pidieron vacaciones, pero no se quejaba. Escuchaba las mediocres bandas que contrataba su jefe cada noche y escuchaba las historias de las personas que iban a tomar.
– Preparame lo de siempre muchacho.
Apoyaba el brazo en la mesada un viejo borracho que iba casi todas las noches.
– Dale, ahí se lo hago don Álvaro.
– Hoy me dejó mi esposa...
– Que lástima por usted.
Limpiaba una de los vasos de vidrio con un trapo y empezaba a mezclar distintos componentes que tenía el trago.

– Bien, chicos, empezamos por signos cuando cuente, uno, dos, tres, cuatro.
  Empezó el solo de guitarra de la introducción.

(...)
“Signos
Uniendo fisuras
Figuras sin definir
Signos, oh"

Terminó la primera canción e Iván seguía escuchando los problemas de los borrachos que iban ahí para olvidarse de sus conflictos.

00:05 PM

Acabó el concierto y se invitó a la banda a sentarse a una mesa.
– Boludo, que locura.
Decía Lautaro mientras se acercaba un mesero a atenderlos.
– Buenas noches ¿Quieren algo?
– Vení, sentate con nosotros.
– ¿Eh?
– Sentate, te vimos que estuviste todo el día parado. Total tenés dos compañeros más que no están haciendo nada.
– Gracias.
Iván le dió una mini sonrisa a Rodrigo y se sentó a su lado. Apoyó la cabeza sobre la mesa y dió un fuerte suspiro.
– ¿Estás cansado?
– Un poco. Por cierto, tocaron bien, es la primera banda que contrata mi jefe que no es mediocre.
Los chicos de la mesa rieron en conjunto y miraron a Iván.
– ¿Posta son tan malas las otras?
Preguntó Germán acompañado de una sonrisa de costado, de esas que te dan cuando estás aguantando reír porque ya nadie se ríe.
– A una la tuvimos que echar porque ni siquiera sabían cómo agarrar una guitarra.

Pasaron las horas e Iván se distrajo hablando con los chicos, hasta que vino el dueño.
– ¡Eh, ponete a trabajar chabón!
– Perdón, perdón. Ellos me invitaron un segundo.
El pelinegro estaba realmente preocupado, sabía que le iban a bajar el sueldo de el día.
– Creo que debería haber igualdad en su trabajo, porque los otros dos compañeros de él no están haciendo nada.
El ojiverde se metió haciendo avergonzar un poco al jefe y este se fué.
– Te espero allá, Iván.

– Eu, bueno fué un gusto.
– Pasame tu número de teléfono así te agendo, que me caíste re bien.
– ¿Ah, posta? Sisi.
Iván agarró una servilleta que se encontraba arriba de la mesa y anotó su número ahí, se lo guardó en el bolsillo de la camisa a Rodrigo.
– Después mandame un "hola" o algo así se quien sos.
El pelinegro se fué guiñandole un ojo a Rodrigo. Este después de ver la acción del otro sintió como le hervian las mejillas.
– ESTÁ RE LINDO LA PUTA MADRE.
El castaño apoyó su frente sobre la mesa acompañado de un golpe con la mano derecha.

Falo :D

Este capítulo no está tan largo pq no se q mierda más agregar, esperen a ver el siguiente que les juro que va a ser mejor :]