A todos nos pasa

la última bala.

Cuando juegas a la ruleta rusa, ciertamente no sabes cuándo saldrá esa única bala, sin embargo cuando sueltas el revolver para agarrar una con las balas contadas después de varios recortes, te das cuenta que es la última... Y no quieres desperdiciar ese último tiro, ya que el resto de ellos te dió experiencias amargas, y después de mucho tiempo curando tus heridas estás por fin listo para el último recorte, ciertamente entregaras todo para que esa última bala valga la pena totalmente, quieres llenar tu cuerpo de nuevo de suspiros, de roses y mucho cariño, también como de buenos momentos más que malos, que los malos ratos se desaparezcan con caricias de ese amor tan inmenso que sientes, ese amor que te reconforta, dándolo todo porque si no se da todo, a qué demonios se viene ? , si causas que cada maldito segundo valga la pena, volviendo cálida la última bala.

Porque después de esta no habrá medicación ni sonrisas falsas, después de este tiro, por fin hemos de caer.

Anhelamos que el tiempo de este recorte prevalezca, hasta que perdamos el arma y no se encuentre más esa bala, que crezca y no tenga fin cercano, si no que perdure y madure con el paso del tiempo. Son palabras de una cadete enamorada, que estaría dispuesta a soltar el arma para siempre, para que ya no haya más tiros, si han de jurarle y comprobarle que este amor será verdadero