Es un hecho comprobado que el estar colgado de una pequeña cornisa en un acantilado te da una nueva perspectiva del mundo que te rodea. Por suerte en el caso de Lerna, en el sentido literal.
Aún que sabía que era mala idea, miró hacia abajo para considerar si realmente sería tan mala idea el saltar al mar embravecido. Al ver la fuerza con la que las olas golpeaban las rocas se dio cuenta de que seguía siendo igual de mala idea como la primera vez que lo había pensado. Si por suerte conseguía caer al agua sin chocarse con la pared, o sin darse con las rocas del fondo, la fuerza de la corriente o le golpearía contra ellas o le ahogaría. O le golpearía contra ellas y luego le ahogaría.
Pero al subir de nuevo la vista, vio que justo debajo de la cornisa había algo que no podía haber visto desde arriba; un agujero excavado en la piedra, de alrededor de un metro y medio de ancho. Dada la perfección de la circunferencia, tenía que haber sido horadado y posteriormente pulido. Se encontraba aproximadamente un metro abajo de la cornisa, y no tenía ningún saliente.
Lerna analizó la pared de su entorno. La pared era relativamente abrupta, pero la piedra caliza se estaba rompiendo con facilidad, había tenido ya varios falsos comienzos al intentar escalarla antes. En cuanto apoyaba su peso en una sección que no era lo suficientemente gruesa, (y no había tanto para elegir), está de quebraba y acababa cayendo. Había tenido hasta entonces la suficiente presencia de ánimo para escalar sólo encima de la pequeña cornisa, y las tres veces que lo había intentado, había caído sobre ella.
Pero si ahora intentaba acercarse al agujero, y se caía su agarre, caería al mar en picado. Y por otro lado no sabía adónde llegaba el agujero, es posible que no fuera más que una oquedad. Parecía bastante estúpido intentarlo.
Aún que bien pensado, sus opiniones eran:
a) intentar subirse a la cornisa, y dado que las gaviotas habían robado su comida, morirse lentamente de hambre.
b) tirarse al mar y morir rápidamente
Dadas las alternativas, de repente el intento de llegar al agujero ganaba inteligencia.
Así que se fue acercando poco a poco a la esquina de la cornisa. Allí apoyó primero el pié izquierdo. Comprobó varias veces que pudiera mantener su peso, y cuando estuvo satisfecha, buscó un agarre para su mano derecha. Buscó otro para su pié izquierdo, y tomando aire, se soltó de la cornisa.
La bajada fue dolorosamente lenta, Lerna no hacía un movimiento sin antes haberse asegurado de la firmeza del siguiente agarre. Pero incluso así había momentos en los que una de las piedras se resquebrajaba, y se quedaba con una parte del cuerpo colgando en el vacío. Pero gracias a las estrellas al tener los otros tres puntos de apoyo, y suficiente fuerza en los brazos y piernas como para mantener la posición, consiguió no caerse.
Al cabo de dos horas Lerna estaba al lado del agujero. Se fue acercando desde la izquierda, y vio que había una serie de símbolos escritos alrededor del círculo. Sin saber porque le recordó a las clases de estadística que había tenido en la academia.
Centrándose de nuevo metió la mano derecha a la cavidad y no pudo sino sorprenderse al palpar una barra de metal embebida en la piedra. Agarrándose a ella, dio un tirón y consiguió meterse en el agujero.
- Por las estrellas, ¡Lo eh conseguido! ¡Conseguí llegar!. Cuando lo cuente en el bar no me creerán. Tenía que haberlo grabado. Y esos hijos de agujero negro, ¡Se llevarán una buena decepción cuando me veas aparecer de nuevo!
Siguió así durante un rato. En general a los capitanes de navíos espaciales se les recomendaba adquirir el hábito de enunciar sus pensamientos en voz alta, para que no perdieran el uso de las cuerdas vocales después de las largas travesías.
Cuando por fin se calmó, se dió cuenta de que estaba anocheciendo. Pensando en que sería mejor esperar a explorar en cuanto hubiera más luz, se tumbó en el suelo y dejando que el sueño y la fatiga se apodere de ella, se durmió casi instantáneamente.
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Despertar-Hermes
FanfictionEl destino no deja escapar a nadie, ya sea mortal o inmortal. Después de siglos de descanso, Hermes (Dios griego de la medicina, los ladrones, mensajeros y muchas cosas más) vuelve a despertar al mundo de los humanos, con el objetivo glorioso de cum...