~Cap 1~

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Las olas golpeaban el muro de piedra con fuerza, ajenas a la escena que se desarrollaba 200 metros más arriba.

- Me pregunto si alguna vez eh estado en peor situación que esta.

La capitana Lerna Borna miraba la pequeña cornisa que impedía que se cayese al mar, y se preguntaba si era su imaginación o se estaba haciendo más pequeña por momentos. Que ella supiera la piedra no se encogía, pero nunca de sabe. A lo mejor era una piedra especial, que empequeñecía con la humedad, porque realmente estaba dispuesta a jurar que no tenía el mismo tamaño que al principio.

- Bueno, probablemente fue peor aquella vez en Jimex-II, aquí al menos no tengo una jauría de perros que me persiguen.

Justo en ese momento una de las muchas gaviotas que sobrevolaban por encima de su cabeza decidió posarse a su lado. Le miraba con curiosidad, sin miedo. No había conocido en su corta vida a otros humanos, por lo que no tenía razón por la cual huir. Mirándole de arriba a abajo decidió que era un tipo de foca un poco deforme, no tenía unas aletas en condiciones.

Y de repente el viento le llevó un olor muy interesante. Esta foca tenía comida en algún sitio. ¡El olor era inconfundible! Graznando para avisar al resto de su banda, fue por donde notaba que venía el olor.

Lerna de repente vio como la gaviota le atacaba graznando e iba por su saco de proteínas deshidratadas, golpeándole con sus alas y su pico. Intento alejarla con la mano, pero no servía de nada, especialmente por no poderse mover más de dos pasos a cada lado. Antes de que pudiera dispararle con el Faser, el resto de gaviotas, alteradas por su compañera, estaban buscando el quitarle la comida.

- ¡Nebulosas! ¡Dejadme en paz! ¿Queréis la comida? ¡Tomarla!

Con un movimiento rápido consiguió sacar su saco del cinturón y lo lanzó hacia el mar, pero antes de que hubiera empezado a caer una de las gaviotas lo cogió con el pico y se alejó volando. El resto fue detrás de ella, pero al hacerlo una golpeó a la capitana en las rodillas, y otra en el tórax, haciendo que perdiera el equilibrio y empezará a caer al mar.

Girando sobre si misma, consiguió agarrarse a la esquina de la cornisa con la mano izquierda, y así quedar colgada.

- Vale, ahora estoy peor que en Jimex-II

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Aquí comienza lo que escribo Naunza, cuando comience lo que yo escriba se los avisaré.

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