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Editado: 7/10/23

Cuando eres un pequeño huérfano, ¿Qué se supone que tienes que hacer? ¿Llorar? ¿Gritar? ¿Buscar ayuda? Pues ese no es el caso de Gregory. Un niño bastante fuerte, que nunca conoció a sus padres y se crío a base de muchos vagabundos de buen corazón que le alimentaron y criaron con la educación que pudieron. Paso de manos en manos, y con suerte aprendió a cuidarse por si mismo. Era como un mini tarzán. Qué se aventura a nuevos lugares, –casi– siempre saliéndose con la suya.

Hace algunas días, se infiltró en el MegaPizzaPlex; el lugar más famoso se la ciudad. Cómo pudo, se hizo una mini base allí, en los lugares más ocultos de este. En este tiene: ropa, Juguetes, una almohada y una manta. Además de algunos caramelos y envoltorios de comida chatarra, que obviamente robaba de las cocinas cuando nadie veía. Así es la vida de un niño de nueve años huérfano pero ingenioso.

Rasco su cabeza, mientras que con su otra mano lanzaba una pelota en el aire. Se sentía aburrido, mucho a decir verdad. Le aburría no tener a nadie con quien jugar al ahuyentar a estos con, al parecer su apariencia. Vamos, no se veía tan mal...aunque, estaba empezando a pensar que es por su olor. Hace semanas que no se podía bañar.
La verdad no le extrañaría que fuera por eso.  Él no percibe ningún olor propio, pero sabía que puede ser por todo el hedor acumulado de la propia suciedad del MegaPizzaPlex en su ropa y cabello, y también la acumulación de sus olores corporales. Básicamente huele a mierda, a pizza y a sudor.

Solo suspiro, viendo de reojo las telas moradas que estaban a su al rededor. Se paró del suelo, caminando hacia una de las telas. La movió levemente, para ver un poco hacia afuera. Al no ver a nadie, salió. Empezó a caminar, sacando de uno de los bolsillos de su pantalón corto color marrón una linterna.

Caminando, vio como algunos robots de seguridad se movían por las ruinas. Solo los ignoro, pero teniendo cuidado con que no lo vean.

Siguió caminando y caminando, hasta que vio un lugar lleno de cenizas. Curioso se adentró. No recordaba haber visto esa zona antes.

Camino, viendo muchas partes de animatronicos ya considerados chatarra. Pudo ver la oreja de lo que parecía un Freddy, y la dentadura filosa de otro animatronico. Se metió a una habitación algo claustrofóbica. Una silla fundida estaba en medio de la habitación, junto a un escritorio chatarra. Miro a sus costados, viendo cómo habían unos huecos con forma cuadradas que estaban muy destrozados. Nada podría adentrarse a estos buscando ir al otro lado, ya que una pared de chatarra y demás cosas  les bloqueaba la salida al otro lado.
Vio un estante que sorpresivamente seguía allí, intacto, aunque si empolvado, lleno de cenizas y demás. Notó como este tiene una maceta con una planta seca, demasiado seca.

Gregory tocó una de las hojas de la planta, y vio como esta con el mínimo tacto se partió. La dejo allí, observando ahora un intrigante muñeco de peluche. Lo tomo, y lo vio. Estaba empolvado, con muchas cenizas.

Lo sacudió y golpeó para que toda la suciedad se le fuera un poco. Tosió por el polvo, y volvió a mirar al peluche. Algo raro había en el.

Era un peluche viejo de Freddy Fazbear, pero de un color amarillo, con un sombrero morado pegado a la cabeza, al igual que un corbatín del mismo color. También tenía los ojos de negro y las pupilas de blanco.

Sin más, se lo llevo consigo entre sus manos. Ya sintiéndose incómodo de estar allí. No es que le dé miedo solo es que-...oh, olviden lo que dije, salió corriendo como una niña.

Volvió corriendo como alma que lleva al diablo hasta su guarida, y entro. Se sentó en el suelo, viendo al oso amarillento de peluche.

— Parece una copia barata de Freddy — dijo en voz alta, mirando con algo de desagrado al peluche. Sin darle importancia, lo tiró en el suelo. El se acostó, dejando sus brazos abajo de su cabeza.

Cerro sus ojos, y en unos cuantos segundos se durmió.

Unas buenas horas pasaron y el seguía durmiendo, y durmiendo. Sin que esté se percatara, el peluche se sentó en el suelo por si solo, viéndole fijamente.

Una sombra, con la forma de un niño estaba sentada al lado del oso. Lentamente esa sombra tomo color además del negro, he hizo ver de quién se trataba. Un pequeño súper pálido, de escaso cabello en su cabeza ensangrentada, la cual estaba abierta; mostrando todo su cerebro mordido y cráneo roto. Su único ojo visible es de un color negro, y su pupila de blanco. Parece tener unas líneas grises marcadas en su cara, que empiezan desde sus ojos y termina en su barbilla como si se tratarán de lágrimas. Usaba una camiseta negra, con una línea blanca horizontal y unos pantalones azulados. Por último, unos zapatos negros y sucios.

El pequeño se levantó del suelo con dificultad, caminando hasta Gregory lentamente. Le miro, dejando caer un poco de su sangre en la cara de este, gota por gota. El dormilón sintió los goteos, que le hizo retomar la conciencia. Lentamente abrió los ojos, viendo la luz que siempre está encima de el.

— Ugh...— quejándose se sentó, tapando su cara con su mano — ¿Uh? — miro la palma de su mano, notando que tenía un líquido carmesí en su mejilla — huele a sangre ¿Como es que llegó esto aquí? Qué asco — se limpio la cara con su mano con desagrado.

Después de eso, estuvo todo el tiempo preguntándose cómo llegaron gotas de sangre a su cara. Sin  saber que por azares del destino, había conquistado y liberado a un fantasma.



Gente, nuevo libro, nueva historia LET'S GOOOO-

bueno, pues esta historia la hice para que no se aburrieran XD. Ya que la historia que tenía antes de Evan x Gregory está en revisión pues la estoy cambiando, y solo tengo una historia de Undertale Au's NightCross, pero a los que no son del Fandom no sé si les gustaría leerla, pero bueno, aquí está está otra, pa que no se me aburran.

Nos vemos en la siguiente actualización. ✌️

El fantasma del amor. [C.C/Evan x Gregory]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora