Zoe y Elías parecían tener el matrimonio perfecto, unidos por el amor y bendecidos con dos hijos preadolescentes. Pero bajo la aparente calma, una tormenta de desafíos maritales se avecinaba, amenazando con desgarrar el tejido de su familia. Mientra...
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¿Quién se habría imaginado vivir una hermosa historia de amor que terminaría en un final feliz? ¿Final feliz? Aquella era una pregunta retórica para la joven dama de 24 años, que caminaba hacia el amado de su corazón. Su corazón latía tan fuerte que no escuchaba nada a su alrededor. A cada paso que daba; temblaba sin poderlo controlar, en su cabeza estaba el pensamiento de retroceder y huir. Quería salir corriendo de aquel lugar, no por qué no lo amara sino porque tenía tanto miedo a lo incierto. Su vida estaba cambiando a cada paso que daba hacia adelante. De un momento a otro todo iba a ser diferente y a pesar de que este era uno de sus sueños, al ahora vivirlo; no podía evitar sentir miedo.
Miedo de no ser lo suficientemente buena para él o que su futuro al lado del hombre que amaba fracasara.
Miles de pensamientos negativos pasaban por su mente pero que poco a poco al acercarse a aquel hombre se esfumaban. De un momento a otro al estar ya cerca comenzaba a sentir paz.
Aquel hombre la veía con ternura, mientras ella le intentaba esquivar con la mirada, pero él ni siquiera se molestaba en dejar de verle. En eso, justo al ella llegar a su lado, éste toma su mano y la atrae levemente hacia él.
—Eres la mujer más hermosa que he conocido en esta vida. —le susurra al oído para alejarla un poco.
Aquella mujer algo atontada se le queda viendo, mientras a él se le formaba una hermosa sonrisa en sus labios, lo que al sonreír aparece los hermosos hoyuelos que ella tanto amaba. Al Zoe ver a su sojos azules como el mar su mirada se pierden en ellos. Hasta que la voz del pastor interrumpe aquel momento de silencio en el que ambos admiraban la hermosura del otro.
—Hoy en esta hermosa tarde, venimos delante de la presencia del Padre para unir a dos personas que se aman. —explica el pastor mientras que los miraba con cariño, pues, aquella pareja era como sus hijos y sentía un gran honor presentarlos y unirlos ante Dios y las personas. —Sabemos qué esta es una sagrada alianza de un hombre y una mujer que hacen pacto de amor para toda la vida. Así como Cristo hizo un pacto eterno que unió a su amada esposa (la iglesia) consigo mismo. Estos dos también se unen para toda la vida. Hoy, uno delante de Dios y de los hombres a Zoe Díaz y a Elías Beltrán a sagrado matrimonio. —Elías encara a su amada para mirarla.
