•𝑹𝒂𝒎𝒊𝒕𝒐 𝑫𝒆 𝑽𝒊𝒐𝒍𝒆𝒕𝒂𝒔• -𝐒𝐡𝐚𝐝𝐚𝐢𝐥𝐬- {TERMINADA}

Verso 3

"Cada tarde al volver su esposo
Cansado del trabajo va y lo mira de reojo..."

Decidió regresar caminando a su casa y pasar a la oficina de correos. Necesitaba enviar cosas importantes, no se emocionen, de trabajo.

Al abrir las rejas escuchó una pequeña explosión dentro de su casa, y por una ventana salía humo. Le preocupo bastante así que entro corriendo a aquella casa.

Comenzó a oler a pelo y madera quemada, "¿se habrá accidentado su esposo?, ¿seguirá vivo?" Se preguntaba en su mente mientras corría hacia el taller.

Se escuchaban varias maldiciones de aquel zorro. Al fijarse era una escena cómica.

Tails con sus colas comenzó a hacer aire tratando de apagar un pedazo de madera muy pequeño que se estaba incendiando junto a pedazo de cuero, haciendo que el fuego creciera más. Es tan lindo pero tan torpe.

Aquel azabache sonrió divertido al ver esa escena, entró a la habitación acercándose al fuego y de varios pisotones apago aquellas llamas.

"¿Estas bien?" Lo miro un poco preocupado.

"S-Si. Discúlpeme, creo que no debí experimentar un poco aún estando dentro de la casa..." apretó sus labios mientras se acercaba a su mesa de trabajo y comenzaba a juntar unos papeles que tenía esparcidos en esta.

"No dice nada porque el lo sabe todo...
Ella es feliz, así de cualquier modo"

"Para la próxima vez trata de ser más cuidadoso. Podrías accidentarte.." miraba desde su lugar cada uno de los papeles, eran cartas.

"Si. Gracias.." pegó aquellas cartas a su pecho y miró de reojo al contrario.

"Bueno, tengo que trabajar. Nos vemos en la cena." Verbalizo serio para retirarse de la habitación.

Afuera de la habitación se quedó a un lado de la puerta mientras escuchaba que tanto hacia su esposo, total, estaban casados y tenían derecho a saber cosas del uno y el otro.

Se escucharon varis hojas siendo desarrugadas y varias risas y suspiros del contrario.

"Porque el es quien le escribe versos..."

Aquel azabache nunca supo como demostrar lo que sentía realmente. Digamos que su crianza no fue la adecuada. Nunca había experimentado el amor.

No fue hasta esa fiesta. Donde conoció aquel zorro con un pelaje suave color naranja, dos colas esponjosas y extravagantes, unos ojos celestes con los cuales juraría el azabache que podía ver el cielo, aquel flequillo un poco despeinado, y sin olvidar su intelecto para la ciencia y mecánica, aunque sin sentido común. En conoció ese sentimiento, el amor.

En la noche de bodas se sentía extasiado de poder tocar su cuerpo, de poder besarlo en lugares que no eran apropiados hacerlo al estar comprometidos, de hacerlo suyo con todo el cariño del mundo. Al terminar simplemente tenía miedo del rechazo hacia su ya esposo, así que decidoo dormir en otra habitación dejando al zorro solo en la habitación del matrimonio.

Pasando los meses decidió mostrarle su cariño escribiéndole poemas y enviándole flores. No sólo una vez le enviaba flores en primavera y ramos de Violetas, y no sólo fue un poema.

"El es su amante, su amor secreto..."

Fueron cientos de flores y cientos de poemas.

Siempre fueron los mejores ramos de flores de aquella florería local, donde trabajaba aquel peliplata.

Siempre fue poesía escrita por el aunque siendo poco pulida por Knuckles, a quien obviamente le pago para este tipo de correspondencia.

Siempre fue a verle el rostro a su enemigo por parte de su familia, Sonic quien es el director de la oficina de correos, para sobornar lo y así enviar cosas sin remitente.

Todo era parte de el. Si, talvez preguntarán, ¿Por qué no solamente le enviaba las cosas a su nombre y prefería evitar el tema? Dejen les cuento algo.

Aquella noche, "La noche de la fiesta" para ser más específicos. Este matrimonio, siendo antes solo conocidos, se inició simplemente por intereses económico de ambos, uno quería recursos económicos para sus proyectos y el otro quería solo un matrimonio para recibir una herencia.

Por este "trato" aquel azabache tenía miedo a mostrarse y abrirse con su pareja, tenía miedo que lo rechace así como lo sus padres con el cuando era niño. Tenia miedo a que lo ignorara al mostrar amor.

Se maldecia cada vez que estaba junto a él y el pánico lo dejaba inmóvil.

Esa ocasión de la taza quería abrazarlo y besarlo para demostrarle que todo estaría bien. La noche de ese mismo día quería recitarle el poema que estaba leyendo, quería besarlo y hacerlo suyo una y otra vez hasta ambos quedarse dormidos. Ese mismo día quería saludarlo de un abrazo junto a un beso en la frente.

Pero temía de la reacción del contrario, quien por su culpa está enamorado de alguien que no existe.

Al escuchar que aquel zorro, quien estaba dentro de su taller se acercaba a la puerta. Corrió silenciosamente a su estudio y de igual forma cerró la puerta, suspirando aliviado.

"Ella que no sabe nada.."

La cena como siempre. Silenciosa. Un silencio incómodo la invadía.

Solamente ambos se miraban de reojo en momentos fugaces mientras se alimentaban. No había tema del cual hablar, ni algún comentario rápido que los hiciera entablar una conversación.

"Mira a su marido"

De la nada el zorro sonrió alegremente, mientras recogía el comedor de la ya terminada cena. Recordó esas cartas llenas de poesía y todos los ramos de flores que le han enviado.

Pero al recordar que su marido estaba ahí mismo, solo tomó aire y puso una mirada seria, igual que su contrario.

"Y luego se callá.."

"Tails" habló el azabache y el zorro volteo al escuchar su nombre.

"¿Se encuentra bien?" Miro confundido.

"Te espero en media hora en el balcón que da al patio. Debo hablar contigo de un tema delicado." verbalizo para después irse a paso rápido y dejar a su contrario en silencio confundido.

//verso 3 terminado

Gracias por leer.

Pdt: ayuda, ¿por qué estoy llorando?