Capitulo 1

3 0 0
                                    

Quisiera que al despertar mi vida sea menos confllictiva, pero quizás eso es mucho pedir.

Lo primero que captan mis oídos, son los sonidos de máquinas, personas caminando de un lado a otro, con cuidado de no causar algún ruido que pudiera afectar al ambiente, como si se tratara de un hospital.

Abro lentamente mis ojos, la luz en aquella habitación es muy cegadora, giro mi cuello hacia la derecha y veo el suéter de mi madre, reposando en un pequeño sillón.

¿Dónde podría estar?

Después de distinguir bien la habitación, me doy cuenta de que si estamos en un hospital.

¿Qué rayos me sucedió?

Trato de levantarme de la cama, causando dolores exageradamente fuertes en todo mi cuerpo. Lo que sea que haya echo, esta vez si me pase.

¿Porqué no puedo recordar nada?. ¿Cómo es qué termine aquí?

De pronto, la puerta es abierta por un doctor.

–Vaya, despertaste, ¿cómo te sientes?, tu mamá ha estado muy preocupada por ti estos días.

–¿Días?– me quedo perpleja ante su comentario.

–Así es, has estado inconsciente tres días, incluso pensábamos que no pasarías de esta noche.

–¡¿Cómo qué no pasaría de esta noche?! ¡¿Qué fue lo que me pasó?!– hasta este punto estoy comenzando a alterarme, por segunda vez intento levantarme, a lo que mi cuerpo sigue sin responder.

–Tranquila, aún estas muy débil, básicamente es un milagro el que hayas abierto los ojos– hace una pausa y me mira detenidamente– ¿Porqué saltaste?

¿Qué?

Al ver mi gesto de confusión, procede a seguir hablando.

–Aproximadamente tres días, ingresaste a urgencias a eso de las 4:52 pm, intentaste suicidarte saltando de la azotea de tu casa– suelto una pequeña risa ante sus palabras– ¿Te resulta gracioso tu intento de suicidio?– pregunta en un tono más frío.

–Eso no es lo que me causa risa, es el hecho de que ustedes creen que intente acabar con mi vida.

–No hay otra explicación, nadie cae de la azotea sin querer.– cruza sus brazos en modo, no me iré hasta que me contestes esto– Entonces dime ¿qué hacías allá arriba?.

–A usted no le incumbe eso– respondo fastidiada.

Justo cuando el doctor estaba por decir otra cosa, mi madre entra a la habitación con un rostro de amargura, pasa derecho a sentarse, sin darse cuenta de que he despertado y de la presencia del médico.

Cuando está por darle un sorbo a su café, se percata de nosotros, se queda congelada en su asiento sin emitir palabra. Entonces se hace un silencio incómodo.

–Señora, ¿se encuentra bien?, su hija finalm...

–No me importa– logra decir interrumpiendo al pobre doctor, el cuál se queda perplejo ante su reacción indiferente.

Obviamente ya sabía que mentía cuando dijo que mi madre estaba preocupada por mí. Ella jamás se ha molestado por mostrar algo de afecto hacia mi persona.

–An, vendré a revisarte más al rato–
con eso el doctor abandona el lugar a paso veloz.

Pinche miedoso.

Mi madre se dispone a leer una revista y a seguir bebiendo de su café, como si eso fuera más importante que regresar a la vida.

No me sorprende nada, de echo esto está mejor de lo que imaginaba, pensé que al momento de verme se aventaría a mi y me daría un buen jalón de greñas.

Aunque lo verdaderamente malo sería regresando a casa, bueno, si es que regreso.

Que tal si esa tranquilidad se debe a que está planeando meterme a un internado, o correrme de la casa.

–Ya estarás contenta con tu chistesito, ni para suicidarte sirves.– baja su revista, deteniendo su mirada aterradora en mi.

–Bueno, pero al menos esto pudo hacerte feliz un momento, ya que cómo sabes, no te agrado ni un poco.

–Siempre queriendo llamar la atención con tus estupideces, ya estoy hart...

–¿Harta de qué? De mi, de según opacar a mi hermano o de parecerme a mi padre.– su rostro se ha puesto rojo por el coraje que está por hacer– Yo creo que son las tres, no soportas el que me parezca a él, y que me vaya mejor que a tu hij...

–¡Ya callate!– grita enfurecida.

Si a algo, es a lo que le tengo miedo, es a sus gritos, ya que después de ellos, tengo el sentimiento de que se descontrolara y será capaz de cometer un acto ilícito.

Me conviene quedarme callada, para así salvaguardarme, si es que quiero seguir viviendo unos años más.

Se pone de pie frente a la puerta, gira levemente la manija para después decir...

–Mandare a la señora Sofía para que este al pendiente de tu recuperación, nos vemos después.– sin más que decir desaparece.

Suelto el aire que estaba conteniendo  todo ese tiempo, vaya esto si que ha sido difícil.

He visto películas sobre como los familiares se alegran de la recuperación de sus hijos o lo que sea, y así no es como los reciben.

Sin embargo, no está de más decir, que mi familia no es normal, quizás ninguna, pero la mía se lleva el oscar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 16, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Quién soy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora