「Capítulo 1」

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❝ No puede ser... ❞

Caminaba bastante apresurado, como ya era de costumbre hace varios meses atrás

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Caminaba bastante apresurado, como ya era de costumbre hace varios meses atrás. Su tío había "olvidado" una de sus herramientas de trabajo de nuevo, aunque él sabía que eso no era verdad, ya que en la mañana la había visto varias veces, pero solo la dejó ahí. Era una treta, una excusa por parte de la jefa de su tío que le había ordenado que la olvide.

Él abrió una puerta de madera pequeña que daba al jardín, como siempre, estaba abierto para cuando él debía llegar, ya desde hace mucho le había dejado de parecer coincidencia o simple descuido.

—Ya llegué...

—Bienvenido, Yoongi —contestó uno de los empleados de la gran casa, sonriéndole amablemente. Casi todos lo conocían desde pequeño—. Por ahora tu tío no...

—Sí, no te preocupes, ya lo sé, se encuentra en la jardinería —interrumpió, ya en la mañana se lo había dicho—. Aquí está lo que olvidó.

Sacó de su bolso unas tijeras grandes de jardinería y la dejó en la mesa que tenía más cerca. Volvió a incorporarse a su postura normal, estando de espaldas a la puerta corrediza de la casa, trono sus dedos y su cuello, preparándose para lo siguiente.

—Y tres... dos... uno. —Apenas terminó de contar, la puerta a sus espaldas se abrió estrepitosamente, dejando ver a una joven mujer de largos cabellos castaños usando un kimono en detalles rojos.

—Buenas tardes Yoongi-chan —gritó felizmente la mujer y se lanzó sobre él.

—Por favor omite el "chan". También apártate, tu olor me hace sentir incómodo.

—Que cruel, Yoongi-chan. Y pensar que habría muchos omegas que desearían que los abrace así, después de todo no siempre pueden encontrar a una alfa de buena familia que los respete —dijo ella en un puchero, haciendo que este se molestara por haber sido ignorado y porque ella le recordó su casta.

Como ella había mencionado, él era un omega, la raza más menospreciada de todas. No odiaba ser omega, fuese alfa o beta sería igual, pero que le recordaran su posición inferior le molestaba. Aunque claro, ella no lo trataba como tal, por lo que no podía enojarse con ella. Simplemente le molestaba ser llamado así.

—Bien. Ya que estas aquí, ¿qué te parece jugar una partida de Shogi? —dijo ella con una gran sonrisa

«¿Qué día que vengo aquí, no jugamos? Si siempre que vengo es porque lo pides», pensó, cansado de esa situación.

No le molestaba que se lo pidiera, al contrario, adoraba esa hora que podía pasar jugando con la mujer, el problema era que ella no lo hacía, prácticamente obligaba a su tío inventar excusas para que él fuera y ella lo llamara "casualidad". No entendía por qué si ella se divertía pasando tiempo con él, no lo invitaba de manera oficial, o le decía que fuera ciertos días a cierta hora, pues le gustaría ir con menos peso hasta la casa.

PAUSADA: My White Camellia 「Taegi」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora