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Lo siento recorrer mi espalda, acariciar mis brazos y rodear mi cintura. Es mas pesado que cien mil hombres, y te paraliza mejor que un cono de oro...destruye personas, familias y sociedades. Nadie es de fiar, ni tu reflejo.

Tomo las llaves del carro, y siento su mirada puesta en mi Prendo el motor, y su frio aliento se poza en mi nuca. Siento su sonrisa, su mirada a delirio.

Respiro profundamente

una

dos

tres veces.

El posa su mano en mi hombro, presiona un poco. Pero yo acelero. Busca mi atención, su voz fría, casi muerta. Hablando puras miserias.
Le subo el volumen a la radio, su voz es casi inaudible. Pasan los minutos. Ahora solo somos yo y la música en este auto. Tu te has marchado.

Save MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora