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Tan pronto como Wangji y Wei Ying estuvieron fuera del salón se acercaron a la camioneta, el Lan lo seguía en silencio, fue hasta que llegaron a la camioneta que el ojigris finalmente miro hacia el, abrió la puerta trasera y le indico con la mano.

– Entra, compre cosas para vendarte.

– No es necesario.

– Por favor, Wangji.

Un ligero suspiro salió de los labios del más pequeño, quien se subió a la camioneta y se sentó al otro lado de la puerta abierta, poco después Wei Ying también entró y la puerta ya se encontraba cerrada.

– Dame un momento, prendere el clima.

Wei Ying se extendió desde el asiento trasero para hacerlo, la figura del ojigris resaltó a los ojos del Lan, quien ya se sentía avergonzado, por lo que se giró para mirar la ventana, hasta que sintió al mas alto acomodarse en el asiento volvió su vista a el, lo vio sacando un par de pomadas y medicamentos, así como unos paquetes de vendas y otro pequeño chocolate.

– Te traje uno, ¿te gustan?

– Mhm, gracias.

Wangji se sentía algo sofocado estando en un lugar tan estrecho y tan cerca del cuerpo ajeno. Recién se estaba acostumbrado al extraño sentimiento que provocaba estar hombro a hombro con el ojigris, razón por la cual, estaba más nervioso que de costumbre.

Y con unas cuantas palabras, Wei Ying mando la razón del pequeño jade volando.

– ¿Puedo tomar tu mano, Wangji?

La voz había salido en un pequeño susurro, su mano se extendía para tomar los dedos del Lan y alzarlo delicadamente para evitar lastimarlo. Wei Ying estaba nervioso, se dio cuenta que sus dedos temblaban ligeramente al momento de desatar la mancuernilla en la manga del contrario.

Wangji, a pesar de su nerviosismo, se divirtió un poco con las muecas que su amigo hacía, parecía tener problemas con la mancuernilla y su frente estaba ligeramente arrugada a causa de la concentración. En cuanto logró quitarla la dejó en la agarradera de la puerta y comenzó a arremangar su camisa.

Las yemas de los dedos ajenos ocasionalmente acariciaban su piel con mucha delicadeza, Wei Ying pasó sus dedos desde el antebrazo hasta el dorso de su mano, solo rozando la piel para no provocarle dolor, sin embargo, en su propio rostro había una disgustada mueca al ver el evidente moreton que sabia se pondría peor en unos dias.

– Estoy bien.

– Lan Wang Ji, yo cargue esa cosa en mi espalda, es más pesado que yo, claro que no estás bien.

Aún sujetaba su mano, pero la mirada que le dirigió fue de reproche puro, Wangji observó como negaba en su dirección y volvió su atención a su lastimado brazo, mientras el contrario le curaba, Wangji se permitió a sí mismo observar con más calma a su amigo.

Aunque la ropa del contrario no encajaba con la etiqueta que se esperaba la gente llevase, entendió rápidamente que era lo más formal que Wei Ying había logrado estar, el estilo era raro, algo que lucía muy cómodo en Wei Ying, pero el no se atrevería a usar.

Wangji acababa de descubrir que Wei Ying lucía muy bien el rojo.

Unos dedos aparecieron en su campo de visión al momento que se dio cuenta de aquello.

– Wangji, Wangji, ¿me veo bonito, verdad que si?

Wei Ying se deleitó con el sonrojo en las orejas del jade, así como la mueca de sorpresa que hizo, sin embargo, poco después fue tiempo de Wangji para disfrutar.

Wei Ying aprende lenguaje de señas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora