Nada

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Nada, ni siquiera la lluvia
podría sentirse tan fría y cristalina
Como sobre mí tu etérea esencia
como tus manos en mi piel
Nada que hallase afuera, 
Sola en la nada, de pie

Nada que pudiese percibir en este mundo
Igualará la fragilidad de tu mirada celestial
La textura de tus emociones me retornan a la muerte y la eternidad
en cada respiro, nuestra efimeralidad
en cada llama de aquello que llamamos vagamente pasión.

Nada que para mí pueda tomar       
En tu más delicada acción
Hay cosas que me atan, me encierran
Y que no puedo tocar
¡Oh, cuanto quiero huir de esta prisión!

Eres mi enfermedad, mi vicio eterno
Y admito que en el fondo de mis ojos
que hoy te miran con deseo,
abominable frívolo y perverso
Realmente te quiero
como estrellas al cielo
Y la nada al universo.

Místico InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora