El Circo De La Oscuridad 🌙 Jk•T/N《COMPLETA

001🌙 Sueño del pasado.

○ NARRA T/N ○

La luz del escenario no me permitía ver con claridad, pero si podía escuchar el bullicio de las personas a mi alrededor como un estruendo en mi cabeza.

Cuando por fin logré enfocar mi atención, miré el escenario del circo completamente vacío y con sangre por todos lados. Por instinto me sobresalté y retrocedí un paso hasta sentir como pisaba algo o más bien a alguien.

Era un cuerpo sin vida, tenía rastros de tortura y con un ansia interminable miré a todos lados, incluso a mi misma.

Tenía la ropa llena de sangre, mi rostro, mis manos.

Había sido yo.

Antes de poder continuar me sobresalté sobre la cama despertando al instante y tomando mi pecho que palpitaba rápidamente. Había sido una pesadilla, hacía mucho tiempo que había podido superar pero que con los últimos acontecimientos no me tenían tan tranquila.

Intentando calmar mi respiración mire por la ventana y esta dejaba entrar una pequeña ráfaga de luz anunciado que ya había amanecido. Me senté en la cama mirando a la nada y cuando por fin logré calmar mis emociones puse fuera mis pies para levantarme y tomar un baño.

En todo momento estaba inquietante, no lograba controlar mi miedo y sobretodo saber que esas pesadillas podría hacerse realidad.

— Vamos T/N, eso ya es cosa del pasado. — me decía a mi misma.

Me arregle lo mas rápido que pude y salí de mi habitación con rumbo a comedor donde seguramente la familia se encontraría desayunando. Era una enorme y bonita casa ubicada en Londres donde vivía desde hace ya diez años.

— Cariño, buenos días. Has dormido bien? — preguntó Alice en cuanto me vio llegar al lugar.

Con tranquilidad tomé asiento a lado de Brentt y este me regaló una tenue sonrisa, todos sentían pena por mí, incluyéndome. Sentía pena por mi tan lamentable situación.

— Si, dormí de maravilla. — forcé una sonrisa haciendo sorprender a los presentes, pero vamos ellos ya me conocían a la perfección.

La familia Harrison me adoptó cuando tenía tan solo quince años de edad, las circunstancias no fueron las mejores pero ellos se esforzaron por brindarme un mejor futuro al que ya tenía. Vivir en Londres era lo mejor que me había pasado en años, podía estudiar, conocer amigos y porque no; ser una persona completamente normal, aunque.... ¿Qué significa normal?

Yo no era para nada una chica común, mi pasado lo tenía bastante marcado.

— Brentt dijo que no podías dormir... — comenzó a hablar Joseph tranquilamente, pero aún en su voz se notaba la preocupación. — Hija... sabes que no permitiremos que algo malo te vuelva a suceder. — afirmó.

Alice y Joseph eran prácticamente mis padres adoptivos, Brentt el hermano menor de los tres que antecedian, Alec y Brenna Harrison. Finalmente yo, Tn Harrison que era el nombre que llevaba conmigo.

Los cuatro nos llevamos muy bien desde el primer momento, aunque para ser sincera Brentt era mi favorito. Podría hacer cientos de bromas y sacarme más de una sonrisa.

— Bueno, Brentt solo exagera un poco. Me la pasé estudiando para lo exámenes finales. — intenté calmar a mi familia.

Aunque eso no funcionaba del todo. Ellos sabían que me era imposible dormir correctamente sin tener una pesadilla por lo menos. Carraspee un poco la garganta y aclarar mis palabras.

— Estaba pensando en que debería regresar al pueblo, después de todo no siempre puedo huir de mi pasado. — solté con inquietud.

— ¿Hablas enserio!? — preguntó Alice totalmente asombrada.

Alec, Brenna y Brentt sólo abrieron los ojos de sorpresa y Joseph soltó un suspiro.

— No, de ninguna manera. — respondió el mayor.

— La carta es muy específica con lo que dice, vamos pensé que podría llevar una nueva vida hasta ser una anciana lejos del pueblo, al menos por diez años fueron tranquilos... pero era demasiado bueno para ser verdad. — añadí con cierta frustración.

Porque si, mi adolescencia me estaba sanando de todo lo que haba vivido, sin embargo aún sentía un pequeño hueco que no me permitía estar completamente en paz.

— Posiblemente solo sea una broma de mal gusto, los acontecimientos de hace diez años tal vez ya quedaron olvidados. — decía restándole importancia. Aunque no estaba segura de aquello.

◇◇◇◇

○ Días después.... ○

Los exámenes habían terminado, por fin era libre de la universidad y la graduación había llegado, un evento bastante emocional en el que trataba de grabar cada detalle. Atesoraba los momentos que vivía como si el mañana ya no fuera lo mismo. Intentaba acumular mi valor pero era casi imposible.

La desición ya estaba tomada y no pondría marcha atrás.

— Prométeme que cuando llegues me llamarás por teléfono. — decía Brentt acostado en mi cama mientras yo hacía mis maletas.

El pelinegro no se había despegado en todo el día, lo preparativos del viaje ya estaban cerca y desafortunadamente Brentt no vendría conmigo al menos en unas dos semanas. Y es que Alice, Joseph y Brentt debían arreglar algunos asuntos de la empresa para poder ir al pueblo.

— Intentaré hacerlo aunque no creo que haya mucha señal. — respondí sin mirarlo y podría jurar que había hecho una mueca.

— Cómo se llama el pueblo....? Veamos... ah si! Mystery Town, vaya. Si que da escalofríos. — soltó una risita y lo miré con mala cara. — Oh vamos, no lo vas a negar. Aunque ya no recuerdo la última vez que estuve ahí. — se encogió de hombros.

Por mi parte le lancé una almohada sin éxito a golpearlo.

— No ayudas en absoluto. — reproche.

Este se hizo solo el ofendido.

— Bueno... si no te hubieras metido en la cabeza regresar, ahora mismo estaríamos en una fiesta con cientos de chicos y chicas bailando y bebiendo hasta quedar inconscientes. — explicó.

Yo sólo reí, amaba a Brentt y sus ocurrencias, pero vamos, Brentt es Brentt y aun en las peores circunstancias mantenía un poco de humor.

— Prometo que te llevaré de fiesta cuando regrese si? — dije llamando la atención del mayor y antes que él añadiera una tontería; Alec llamó a la puerta.

— ¿T/N. Ya están listas tus cosas? saldremos mañana por la mañana. — explicó.

Ingresó a la habitación que ya hacía un tanto vacía por alguna de mis pertenencias y no es que tuviera demasiado sólo con unas cuantas cosas bastaban. Lo demás sólo eran muebles.

— Todo esta listo. —respondí.

El mayor asintió.

La noche ya había llegado y por la ventana podía ver la luna, un escalofrío recorrió mi cuerpo. La sensación de que algo estaba por pasar regresó a mi mente al mismo tiempo que miraba la carta sobre mi escritorio. La causante de que ahora yo haría este viaje.