Humanos como tu

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POV Calle.

-Poché se tortura la cabeza pensando que un día la vas a dejar.-comentó Camila mientras lavábamos los trastes que usamos en la cena.

Mi novia ya quería descansar así que la ayude a cambiarse para que pueda dormir, le acomodamos la cama a como ella le gusta y Camila y yo terminamos de arreglar la mesa.

-Lo sé.-suspiré.-No se como darle a entender que no pienso irme.
-Si le dio muy duro, hay que entenderla, nunca en su vida había pasado tanto sin tocar una barra.
-También lo sé, quisiera poder hacer algo más por ella.-admití.
-Calle, haces lo mejor que alguien puede hacer, estas. ¿Sabes? Yo creo que eres la mejor novia del mundo, y eso que no eres mi novia.-señaló.-Cualquier otra persona si la hubiera dejado o no la ayudaría, pero tú haces más que eso... o sea, tu la ayudas a moverme con o sin su silla, estas en sus noches de llanto y desespero, la llevas a sus citas, estas con ella 24/7 casi cuando no estas en la escuela...
-Es que la amo.-respondí alzando los hombros.

Realmente nuestra vida había dado un giro muy fuerte. El hecho de que se haya quedado sin caminar fue una situación que cambió todo para todos a su al rededor.

Desde ese día supe que se iba a poner a prueba muchas cosas. Pero tenía tan claro lo que siento por ella que me alisté mentalmente para ser un poco más fuerte. Poché suele ser más centrada y la más razonable de las dos, sin embargo me di cuenta que ella sería la más vulnerable ahora.

¿Irme? Ni de chiste.

Justamente estaba en mi último año y quería conseguir un empleo para poder mudarme sola. Ese era mi plan hasta que Poché me propuso vivir con ella, me puso todo sobre la mesa, me ofreció literalmente todo lo suyo.

Sabía que a Poché dinero no le faltaría, siempre guardó todo el dinero de patrocinios y vivía con las ganancias del gimnasio que no le iba para nada mal, además de sus entrenamientos personalizados con atletas en línea, programas de entrenamientos y asesorías... se que a mi novia no le iba nada mal al respecto.

De mi parte mis padres siempre me han dado todo, en vacaciones  era cuando buscaba un empleo y ahorraba. A veces hacía postres para vender y así sobrevivir con algunas cosas. No le daba mucha importa al dinero realmente y el hecho de que Poché me haya ofrecido todo me costó días analizarlo pero terminé aceptando, con la condición que en cuanto acabe mi universidad si tendría que buscar un empleo.

-¿Mañana le toca fisioterapia?
-Si, su cita es a las 3, llegando de la escuela me cambiaré rápido e iremos.-informé.
-¿Que ha dicho la fisio?
-Que va bien, está reaccionando bien a las sesiones y si sigue así puede que se recupere antes de lo esperado.-sonreí.
-Me alegra es...

Camila no terminó de decir la frase pues escuchamos un ruido muy fuerte desde la habitación. Ambas nos miramos preocupadas y corrimos hacia la habitación.

-¿Poché?-pregunté preocupada entrando.

No estaba en la cama. Solo vi su silla que salía un poco de la puerta del baño. Rápido entramos y la encontramos en el piso, se sostenía del lavabo y había unas cosas tiradas.

-Solo intente venir al baño.-dijo desde donde estaba.
-¿Si? ¿Y qué tal te fue?-preguntó sarcásticamente Camila.
-Vamos Cami ayúdame, solo pon la silla intacta y yo la subo.-expliqué.
-Espera.-me detuvo Poché y la miré.
-Es Que aún quiero ir al baño.-bajó la mirada.
-Bien.

La ayudé a sentarse en el inodoro y salí a esperar que terminara. Camila sabía que me había molestado le hecho de que Poché no me haya hablado para ayudarla.

-Hay que enten...
-Si Cami, ya sé. Debo entenderla, lo hago... solo... solo me preocupa que le puso pasar algo.-suspiré.-Se pudo golpear la cabeza o peor...
-¿Calle?-escuché que me habló Poché.-¿Puedes entrar por favor?

Poché ya había terminado y ahora si la subimos a la silla de ruedas para regresarla a la cama. Camila se despidió de Poché y yo la acompañe hasta la puerta para después regresar con mi novia a la habitación.

-¿Estás molesta?-preguntó con cierto temor.
-No realmente.-respondí frunciendo los labios.-Solo iré a bañarme y hablamos ¿va?
-De acuerdo.-aceptó.

Me relajé un poco mientras me bañaba, ya no sentía mis músculos tensos y sentía que ya podía hablar con más calma, me cambié en el baño y salí para por fin hablar con ella.

-Si estás molesta.-dijo con un puchero.
-¿Como puedes asegurarlo?-rei.
-Tu siempre te cambias frente de mi, sabes cuanto me gusta y... y cuando estás molesta no lo haces.
-¿Como lograste entrar al baño?-dije sentándome a lado de ella.
-Pura fuerza de brazo.-respondió guiñando el ojo.-Pude sentarme en la silla y de ahí pues no fue difícil el recorrido al baño.
-Pudiste haberte lastimado.
-Okey quizá mi fuerza solo me dio para moverme de un lugar.
-Siempre me hablas para estas cosas, sabes que...
-Tu sabes que no quiero depender mucho de todos, hay cosas que...
-Que son más complicadas que otras.-aclaré.-Y que te va costar pero que podrás hacerlo en un tiempo...
-Lo sé.-admitió bajando la cabeza...

Le di un beso en la frente y después ella me pidió que me recostara en su pecho, apenas lo hice ella me rodeó con sus brazos y le subió el volumen a la televisión que hace un rato llevaba prendida sin sonido. Pasamos un rato así cuando ella no aguantó las ganas de seguir hablando, tal perecía que tenía aún cosas por querer saber.

-¿Puedo preguntarte algo?-dijo poniendo la tele en mute.
-Lo que sea.-contesté levantándome para poder verla a los ojos.
-¿Por qué estás conmigo?-soltó.

Sabía que debía escoger bien mis palabras.

-Porque te amo.-le aseguré.
-Es Que yo...-bajó la mirada.-Bueno a veces me cuesta entender que... en realidad esto lo hablé con mi psicóloga... y dijo que quizá me tranquilice saberlo cuando tú me lo digas... pero me da miedo preguntar porque, ya sabes.... Yo...
-Amo tranquila.-tomé su mano.

Ella había empezado a divagar tratando de explicar lo que quería saber.

-Es que a veces me siento mal ¿sabes? No solo porque ya no puedo hacer muchas cosas... sino que extraño hacerlas contigo... extraño pasarte a buscar a donde sea, extraño salir a caminar contigo, extraño cargarte entre mis brazos, extraño ir de la mano y sentirme con el ego por los cielos cuando me ven contigo y ahora... ya no...

Sabía cuanto le dolía.

-Yo se que extrañas todo eso y muchas cosas más.-pasé mi mano por su rostro.-Pero hay más razones por las cuales estoy contigo. Nadie me hace reír como tú, solo tu causas en mi tantas cosas que nadie ha podido y estoy segura que nadie podrá más que tú, solo tu me causas esa paz, eres mi lugar seguro ¿y sabes? Cuando estábamos en el hospital jamás pensé en que pasara con nosotras, yo ya te iba claro que iba a estar a tu lado pase lo que pase porque al final de todos los caminos que hay por seguir... yo te escojo a ti.

Un par de lágrimas salieron de ella y tiro levemente de mi para rodearme con sus brazos de nuevo. Sentía su respiración calmada y su corazón latir un poco más rápido. Dejó un beso en mi cabeza y después me susurró...

-Humanos como tú no hay.

Seré tu luz.(caché)Where stories live. Discover now