Capítulo 1
Hacía cuatro semanas que habían enterrado a su padre. La noticia había caído como un balde de agua fría sobre los otros cuatro miembros de la familia Wang. La señora Wang Liu, su esposa; Wang Chen, su hija; Wang Yibo, su hijo mayor; y el pequeño Wang Li, habían visto a su padre y esposo, partir hacia la hacienda, un lugar al que solía ir con regularidad y en el cual pasaba mucho tiempo, pues allí se encontraba la mayor fuente de ingresos de la familia. Entre la ganadería y el cultivo, la familia Wang vivía cómodamente.
Yibo había viajado desde Londres, donde residía, hasta China solo por la muerte de su padre. Pero en sus planes, no estaba quedarse. Su amigo Wenhan había ido a acompañarlo en su duelo, pero ambos sabían que habiendo pasado más de un mes, ya era hora de regresar.
- Primero iremos de compras. Con todo esto de mi padre, creo que la mitad de mi armario ya pasó de moda. - Yibo se miró al espejo. Su aspecto lucía algo desaliñado, aunque era justificable. Al igual que sus hermanos, amaba a su padre, pero después de un tiempo, era necesario seguir adelante. Así que, con un gesto resignado, comenzó a aplicarse un poco de polvo traslúcido para disimular las ojeras y los ojos hinchados de tanto llorar.
Si algo le caracterizaba, era que su apariencia, además de hermosa, siempre era impecable. Wenhan se puso de pie a su lado, mientras Yibo se miraba al espejo.
- Es cierto. Aún recuerdo a esa imprudente chica que comentó que te habías puesto la chaqueta de Chanel dos veces este mes. Como si no tuvieras cosas más importantes en qué pensar.
- Es una idiota... Pero no me importa. - Yibo hizo un gesto despreciativo con la mano mientras comenzaba a elegir qué prendas dejar y cuáles seguiría usando. - Era obvio que, estando triste por la muerte de mi padre, no tuviera cabeza para decidir qué ponerme. Es un entierro, no una pasarela. - Tocó su pecho un poco indignado. - Además, lo que yo me ponga me queda bien. La clase no se improvisa.
- Hablando de clase... ¿Has hablado con Jackson?
- El idiota se fue a un crucero para trabajar en su producción musical en vez de venir a acompañarme. Te juro por mis zapatos Balenciaga que, si no hace algo para redimirse, quedará completamente descartado de la lista de posibles aspirantes a casarse conmigo.
- Jajaja... ¿De verdad te quieres casar con alguien como él?
- Mmm... Tiene clase y es dueño de su propio negocio. Está bien, tal vez, más adelante pueda conocer a alguien mejor. No lo sé.
- ¿Qué tal Lay?
En ese momento, su madre tocó la puerta. Estaba un poco agitada y, al irrumpir en la habitación, miró las maletas. - Le preguntó a su hijo, como si no fuera evidente.
- ¿Qué estás haciendo? - Luego se dirigió a Wenhan. - Hola Wenhan, ¿Cómo estás?
Wenhan asintió con una ligera sonrisa.
- Estoy empacando para volver a Londres. ¿Qué más va a ser? - El rubio rodó los ojos. - He pasado suficiente tiempo aquí. Mis asuntos en Europa no pueden esperar más.
La señora Wang se sentó en la cama, visiblemente molesta por lo que acababa de escuchar.
- ¿Me puedes dejar sola con mi hijo?
Wenhan no dudo en salir de la habitación, comprendiendo que esto era un asunto importante entre madre e hijo.
- ¿Y ahora qué?
- Tú no te puedes ir. Tienes que hacerte cargo de los negocios de la familia.
-¿Qué? - Yibo dio un paso atrás, como si no pudiera creer lo que estaba escuchando. - ¿Es una broma? Sabes que no tengo ni idea de ranchos ni de vacas... Ni... de... Oh por Dios... No me veo dirigiendo la hacienda ni haciendo lo que hacía papá. ¡Lo mío es la ciudad! Yo...
