Intento número 1000 de hacer el Yibo fresa que quería y no he podido conseguir.
Wang Yibo (20), es un chico moderno, al que le gusta viajar a las ciudades más populares y los desfiles de moda. Codearse con modelos y cantantes.
El mismo viste ropa de marca y ama la vida en la ciudad, su trabajo como empresario y también coquetear con hombres de élite. Aunque su sueño es casarse con alguien tan elegante, adinerado y de buen gusto como el.
Su vida cambiará por completo cuando su padre fallezca, Wang Xi dueño de las haciendas más grandes de toda la zona rural en China y por las cuales su familia ha podido mantener su estilo de vida. Yibo tendrá que desafortunadamente para el, regresar a casa y poner en orden los asuntos de la familia Wang.
Xiao Zhan...(30)
Ha sido por varios años, el hombre de confianza de Wang Xi. Y conoce el funcionamiento de la hacienda como la palma de su mano. Le gusta mucho su trabajo y no cambiaría por nada el ambiente pacífico del campo, lo cual está a punto de cambiar cuando el heredero de los Wang ponga a prueba su paciencia.
⚠️Probablemente más sexo que historia.
⚠️ZhanYi
***
- ¿Para donde vas? – La mujer miró a Yibo de arriba abajo.
- Para la hacienda en China. ¿No me dijiste que tenia que ir si o si?
- ¿Vestido así?
- ¿No esperabas que me vistiera como rancherito? ¿O sí?. He...llo! Yibo hizo un gesto mostrando el desagrado de sólo pensar. - ¿Tu crees que esta piel y este cuerpecito...resistirian tanta barbaridad en ese ambiente tan extremo?
- Sólo digo que deberías llevar algo más apropiado. Te puedes ensuciar tu ropa de diseñador y conociéndote como te conozco, no quiero que le des dolores de cabeza al personal.
El rubio solia usar zapatos con tacón lo cual añadía un par de centímetros a la estatura de su esbelto y estilizado cuerpo y en ese momento los hizo sonar. - A ver. No pretenderas que yo me meta a los establos y esos cosas que hacen los que trabajan allá.
- Como quieras. - Su madre le dio la espalda despues de rodar los ojos pensando en como este hijo suyo habia sido criado por Wang Xi, un hombre de campo que no le importaba trabajar 24/7. Yibo por su lado, miró los zapatos y su ropa tan exclusiva. El definitivamente no se pensaba ensuciar. De solo imaginarse el olor del rancho y de las vacas se le revolvía el estómago, pero no tenía otra opción que hacerle frente a los negocios. Finalmente para eso su padre había pagado la mejor universidad, aunque esperaba pronto delegar a alguien que le diera cuenta y el seguir con su vida.