PRÓLOGO

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Sentí como las paredes se estrechaban cada vez más y como apenas podía respirar. Todo estaba a oscuras y era incapaz de recordar nada de lo que me había podido pasar para llegar a este lugar. Me encontraba mareada y aturdida en el suelo, tenía el cuerpo dolorido. Intenté levantarme varias veces pero no conseguía mantenerme en pie y volvía a caer al suelo. Me di cuenta de que mis manos estaban atadas con una fina cuerda al igual que mis pies. Empecé a observar la habitación donde me encontraba; era fría y oscura, no tenía ventanas, solo una pequeña puerta de metal. Las paredes eran de piedra y el suelo estaba lleno de arena, pero aparte de eso y yo, no había nada más.

Caminando entre mundos ( Sangre oscura )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora