Disclaimer: Todos los derechos sobre los personajes le pertenecen a Mò Xiāng Tóng Xiù (墨香铜臭) autora de la obra Tiān Guān Cì Fú (天官赐福), «La Bendición del Oficial del Cielo». No me atribuyo nada más que la creación de esta historia, las situaciones relatadas no suponen ningún acontecer oficial.
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"Pues al fin y al cabo, rojo y blanco siempre harán rosa"
Recordaba su vista bloqueada por telas de múltiples colores tendidas delicadamente, avivadas por los rayos del sol que calaban y abatidas por el suave soplo del viento. Para ese niño, que apenas y empezaba a experimentar alguna dicha al vivir, realmente era inaceptable que un fenómeno así sucediera...
Con su pequeña mano extendida, creando un poco de sombra para su rostro mientras entrecerraba su ojo, rojo como las camelias en flor, resplandeciente aún de día cuan linterna parpadeante iluminando el sendero nocturno bañado por el frío sereno.
—Hong Hong'er ¿Qué sucede?— preguntó una voz con suavidad a unos cuantos pasos de distancia, a medida que la figura se acercaba, el pequeño bajaba cada vez más su mano, y su cabeza, sofocada por vendajes aparentemente recién cambiados, se hallaba en dirección hacia el suelo polvoriento. De cuclillas y acomodando un largo mechón castaño detrás de su oreja, Su Alteza Real, el Príncipe Heredero buscaba que sus orbes se encontraran, pero notando el nerviosismo del niño, se limitó a soltar un leve golpe de voz, parecido a una risa, leve y ciertamente encantadora.
—¿Es muy molesta el alba aún, pequeño?— exclamó, con un dejo de preocupación, no parecía haber mejora desde aquel día, a pesar de los cuidados. Esto de inmediato alertó al infante, quien dejó escapar un jadeo en señal de asombro, cubrió su boca instantáneamente, avergonzado.
«Lo estoy preocupando» pensó. No podía permitir que algo así se malinterpretara, estaba, una vez más, importunando a su benefactor. Dado que aún las palabras no surgían con facilidad, se apresuró a negar frenéticamente con la cabeza, mientras sostenía la respiración un tanto...
—¿No crees que es hermoso Hong'er? En este mundo, hasta la luz traspasando el haz y envés de las hojas de los árboles puede ser lo más maravilloso para alguien, todo puede brillar y...— se detuvo en medio de su análisis, pues con la esquina del ojo logró detectar cómo esa criatura empezaba a hinchar las mejillas y enrojecer levemente, debía estar sumamente fastidiado por el calor —... ¿Quieres venir conmigo y ayudarme con mi pintura?—
Claramente fue un cambio abrupto de tema, pero es que simplemente se sintió momentáneamente indignado por la falta de atención con el niño, a la sombra de un lugar adecuadamente techado no tendría peligro de insolarse, propuso pintar por darle un rato de entretención, es verdad que necesitaba hacerlo, era una tarea de cuidado y precisión, pero poco importaba si un par o unas cuantas decenas material se utilizaran para otros motivos, de todas formas había una gran reserva, sólo buscaba que el pequeño pasara la ola de calor del mediodía sin problemas.
—Todo lo que se debe hacer es...— iba explicando Xiè Lián mientras tomaba el pincel con cuidado y lo aproximaba a un pequeño recipiente lleno de una sustancia roja —... tomar un poco de esto...— trasladaba la herramienta de un lado a otro, y pausó un momento, para hacer contacto visual con Hong'er, que parecía maravillado; este, al sentir la mirada del corazón de Xianlè posada de repente en él, dio un salto —... y mezclarlo con el color blanco, para crear el color de la flor de melocotón, así— apartó el pincel para voltear hacia el pequeño con una gentil sonrisa en el rostro, ladeando levemente su cabeza.
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La teoría del color
Short StoryEl color puede significar más de lo que es, más que mezclas, más de lo que nuestros ojos ven. El color pueden ser memorias, sensaciones, amor y flores de melocotón. «Se despertaron nuevos significados en alguien que había perdido casi toda su luz de...